Abuelas de Plaza de Mayo se solidarizan con Ayotzinapa

Este fin de semana hubo una reunión donde la líder de la organización argentina  Abuelas de Plaza de Mayo tuvo con los padres de los 43 normalistas desaparecidos desde el mes de septiembre.

Cómo no ser un apoyo para los familiares de los desaparecidos lo expresado por Carlotto, si ella misma  es un ejemplo de esperanza. Hace unos meses la líder de las Abuelas de Plaza de Mayo se reunió con su nieto, después de 36 años de la desaparición forzada y asesinato de su hija ocurrido durante la dictadura militar de Argentina.

“Yo encontré a mi nieto que nació de mi hija Laura en un campo de concentración. A ella la mataron dos meses después. Lo busqué por todo el mundo y 36 años después lo he encontrado”.

La conexión del caso de Carlotto y lo que ahora sufren los familiares de los normalistas de Ayotzinapa es directa. Al respecto de la reunión que sostuvieron con la argentina, una de las madres de los jóvenes desaparecidos a manos de la policía de Iguala comentó: “Lo que ella nos dijo es que tengamos fuerza y la vamos a tener; nos contó cómo pasó por esto y creo que por eso nos comprende más. Pide que no decaigamos y le vamos a hacer caso. No nos vamos a quedar tranquilas”.

Con admiración, familiares de las víctimas escucharon la experiencia del grupo sudamericano que encabeza Estela Carlotto, uno de los más exitosos en cuanto a búsqueda de la verdad, conservación de la memoria y exigencia de justicia para los desaparecidos:“Al principio las madres no hablábamos, por tanto dolor. Pero ahora empezamos a hablar y no nos vamos a callar. Al gobierno le decimos: no nos vengan con que nuestros hijos están en fosas cuando lo que nos consta es que no los están buscando”, advirtió Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio, uno de los 43 normalistas.Pese a ser calificada de “loca”, Estela Carlotto y otras mujeres semanalmente se plantaban en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, esto dio origen a la asociación Abuelas de la Plaza de Mayo, cuya finalidad es localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados desaparecidos por la represión política ocurrida en Argentina durante la dictadura militar.

Luego del encuentro, Carlotto hizo un llamado a la sociedad mexicana para que “hagan carne propia esto que está pasando. Si estos crímenes pasan sin trascendencia, hay peligro de que sigan ocurriendo”. En su caso personal: “Hace 40 años era una mujer burguesa que tenía otro proyecto de vida. La sociedad argentina fue pasiva durante décadas. Pero en 1976 sí salimos, porque tuvimos conciencia de que nos estaban tocando lo más sagrado, nuestros hijos”.