Crean observatorio de la selva amazónica

Entre el espesor de la selva amazónica brasileña emerge una estructura metálica blanca y naranja. Es una torre de 325 metros, que servirá de laboratorio para estudiar cambios climáticos en este pulmón del mundo.

El Observatorio de Torre Alta de la Amazonia (ATTO por sus siglas en inglés) está en el medio de la reserva ecológica de Uatumá, a unos 350 km de Manaos (norte del país) al que se llega tras un largo recorrido por carreteras de tierra y navegación por río.

 En la zona no hay cobertura para celulares ni internet, solo un horizonte verde de selva sin fin.

En el silencio de este lugar recóndito, alejado de la civilización, se mezcla ese sonido estridente y monótono de las cigarras con el cantar de numerosas aves y el zumbido del resto de los insectos dueños de esas tierras.

«El hecho de estar distante de las ciudades y por lo tanto de la influencia humana garantiza la colecta de datos relativamente no adulterados», explicó Meinrat Andrae, director del instituto alemán Max Planck, que impulsa el proyecto junto al Instituto de Investigaciones de la Amazonia de Brasil (Inpa) y otros centros especializados.

Con 3 mil km de este a oeste, la selva Amazónica es el mayor bosque tropical homogéneo del mundo. Debido a su extensión, los procesos climáticos y atmosféricos que allí ocurren pueden influir en otras regiones del planeta.

«Con esta torre vamos a entender mejor cual es el papel de la Amazonia en estas regiones de selva, su efecto en el clima local, pero también en el global», dijo  el profesor Antonio Ocimar Manzi, coordinador del proyecto del lado brasileño, desde lo alto de la torre.

Un arnés es obligatorio para subir. Son más de mil escalones hasta el tope. En el recorrido para la prensa, el límite permitido fue de 150 metros, que ya daba para tener una percepción de que realmente está en el medio de la nada.

Este observatorio climático, el más elevado del mundo, fue inaugurado el sábado pero aún no está operativo. Hasta ahora se han realizado algunas pruebas piloto, pero en lo que resta de año se irán instalando los instrumentos para arrancar un largo camino de estudios planteados para tres décadas.