Jorge Escandón en “El eco de Antígona”

Este actor egresado de la Escuela Nacional de Arte Teatral nos cuenta sobre su nueva aventura, una adaptación de la tragedia griega que lo ha hecho sacar lo mejor de sí para interpretar a los seis personajes de este montaje. Esta adaptación intenta hacer más visible todo lo que la tragedia de Antígona, siglos después, aún tiene que decirnos.  Conoce aquí más de Jorge él y de sus retos en el escenario.

 

¿Es esta es tu primera tragedia griega…?

 

De manera profesional nunca había tenido una cercanía tal con un texto griego. La mayoría de los autores griegos son difíciles de montar, y que alguna compañía se atreva a montarlos, por mil y un razones, es poco común.

Los acercamientos que tuve antes con las tragedias fueron más ejercicios escénicos en la escuela, pero profesionalmente es mi primera vez. He hecho algunas adaptaciones, por ejemplo, “Historias Polaroid”, una adaptación de Las Metamorfosis, de Ovidio, donde los personajes eran chavos de la calle. Estas versiones más modernas son con las que he trabajado más de cerca.

 

 

Y cómo llegas a esta, tu primera tragedia…

 

Considero que la preparación del actor comienza en el mismo personaje. Tienes que partir de él y de lo que el director busca. Eso sí, es un problema grave que el director se imponga sin entender la necesidad del montaje. En este caso se agradece que este entendimiento se esté dando.

Soy cero metódico en la forma de abordar un personaje. Parto desde mí mismo y de entender que, sea quien sea, los personajes están hechos para seres humanos y tomarlos desde ahí: desde sus necesidades. Pregunto mucho al personaje qué quiere y necesita.

 

 

Seis personajes en una función…¿Cómo te preparas para un reto así?

 

Esa es la pregunta del millón. Es complicado porque estos seis personajes son de diferentes géneros y lo primero que hay que hacer es no juzgarlos. No decir quién es bueno y quién malo y no formar disfraces que te quitas y te pones, como si fueran muñecos. Lo que hay que hacer es abordarlos desde ti, ponerte los lentes de ese personaje, ver la historia con su mirada y ayudarlos con tu cuerpo y voz a proyectar lo que deben y quieren.

En cuanto al cambio de género es un trabajo complejo pues no busco caer en las caricaturas. Sí, cuando actúas un personaje femenino tus movimientos deben ser más suaves y cadentes, pero no por ello el personaje es más débil o tiene una voz baja. No. Una mujer como Antígona puede ser incluso más fuerte que el mismo rey.

 

Actuar una tragedia griega que nos dice muchas cosas de los tiempos que vivimos, ¿qué te mueve emocionalmente?

 

Es maravilloso entender que los clásicos siguen ahí por eso, porque sus temas son actuales e inacabables. Después de tantos siglos, es impresionante conocer cómo resuena hoy una historia así. Como ya había dicho, las obras están escritas para los seres humanos y seguimos viendo los mismos temas humanos en el teatro: corrupción, amor, violencia, discriminación, racismo… Pero también es genial ver cómo estos temas han llegado hasta hoy, como por ejemplo, el amor que hoy puede darse a distancia y a través de una computadora.

Por otro lado, la maravilla del teatro es que es vivo y está ahí a la necesidad del público y de nosotros mismos…de la vida. El teatro griego sirve para hablar de lo mismo y repensarlo. No importa si hay que hablar cientos de veces de eso. El ser humano siempre ha vivido lo mismo a través del tiempo.

 

A ti, ¿qué te hace pararte una y otra vez en el escenario?

 

Un maestro me decía que para ser buen actor no se necesitaba hacerlo siempre bien. Afortunadamente el teatro te permite equivocarte. Es increíble sentir que se acaba otra función y tienes el chance de construirla de nuevo al día siguiente. Aunque salgas de una función pésima, al día siguiente puedes crear algo maravilloso.

La necesidad de un actor es estar construyendo y no parar de construir. De ahí parte mi necesidad vital de actuar.

 

Para Jorge, ¿qué significa actuar?

 

Son muchas cosas, es como poner un tiro al blanco e intentar colocar la flecha en el blanco o estar dormido a las tres de la mañana y despertar de golpe, cuando te cae el veinte de una escena o personaje. La actuación en sí es el proceso y la oportunidad de ser un niño y descubrir todo el mundo en el escenario.

 

Para conocerlo mejor…

 

Obras y dramaturgos favoritos: William Shakespeare y Sergio Magaña. Entienden muy bien la esencia de lo que sucedía en su mundo, además de que su trabajo es de gran maestría. Y un amigo mío, David Gaitán cuyas obras me dicen y hablan de muchas cosas que me vibran a explorarlas.