Mariela Sgallaris en “El eco de Antígona”

Ella nació en Chile, un país que ha vivido de cerca la violencia y los duelos inconclusos, por ello se identifica con Antígona, personaje central en este montaje en el que se adapta esta tragedia griega cuyo mensaje nos llega directo a nuestro tiempo. Mariela, desde pequeña, supo que la actuación era su destino y por eso ha puesto toda la pasión en cada proyecto que desarrolla. Aquí nos cuenta más de ella, de la tragedia griega y del mundo de la actuación.

¿ Es esta tu primera tragedia griega…?

De manera profesional sí, pero como todos, en la escuela de teatro hice muchas tragedias griegas e hicimos estudios metódicos sobre ellas. No es algo nuevo para mí pero es algo muy muy grato.

¿Es complicado representar una tragedia griega?

Sí, claro. En este tipo de obras los sentimientos están a “full”. Todos los personajes tienen razón. En las tragedias no hay antagónicos, el antagónico es el destino, por lo tanto es imposible luchar contra él. Por eso son obras intensas y es complejo interpretar estos papeles que son tan contemporáneos a la vez, y no nos damos cuenta lo cercana que puede que ser una obra así. Es difícil . Un reto.

Pero el mayor reto es hacer a seis personajes en una misma función. Uno siempre está buscando eso, hacer algo que te ponga trabas y que te haga trabajar, pensar, estudiar. Pero aquí sí está difícil. En la obra hay dos mujeres, ambas muy fuertes, las dos tienen cercanía de edad y por tanto a las dos hay que darles fuerzas especiales. También es complicado actuar como hombres porque es muy fácil caer en una parodia y en lo ridículo. Hay que hacerlo real y con emociones fuertes. Pero es algo tremendo y emocionante.

¿Complica en algo o aporta en algo que “El eco de Antígona” nos retrate mucho la situación actual de México?

El teatro que manda un mensaje al público y que lo deje pensando después de la función es fundamental. La obra habla de enterrar a un muerto, la importancia del funeral, de la sepultura, del duelo… este es un tema actual, uno nunca deja de amar a sus seres cercanos. Antígona trae a colación este tema. Buscar la verdad para cerrar ciclos y para tener la seguridad de despedirnos de nuestra familia.

Este tema yo lo he vivido de cerca. Yo soy chilena, de un país que vivió 17 años en una dictadura. Una dictadura crudísima donde se desapareció a mucha gente y que yo veo y vi el dolor de la gente que no sabe dónde están sus seres queridos para poder así seguir adelante. Una nación no puede ver el camino si no hay justicia y hay que empezar por los muertos. Al igual que en México.

¿Qué hace pararte diariamente sobre un escenario?

Uno tiene que aprender de las obras que interpreta. Un montaje involucra muchas cosas: el autor, la intención del autor, la visión del mundo del director, los compañeros…todo esto te da cosas, te hace pensar, entregarte, estudiar. Yo de cada obra rescato muchas cosas, sea del género que sea. Cada obra me entrega mucho desde la primera frase, hasta el final y de igual forma me entrego yo.

¿Por qué decidiste ser actriz?

No sé si fue por necia o por talento. A los 12 años decidí que quería ser actriz. Desde la primera vez que fui al teatro supe que quería estar ahí arriba. Y dije: esto es lo que haré el resto de mi vida. E hice todo lo posible por conseguirlo. Por eso digo que quizá fue necedad, o porque tengo talento para hacerlo, no sé, pero soy muy feliz. Fue la decisión de una niña que la mantiene hasta hoy.

Sus Favoritos: Federico García Lorca, William Shakespeare, Molière (con una crítica sumamente contemporánea). Strindberg y uno de los autores que marcan mi carrera es Daniel Villalobos, autor de “El silencio de la música”, que habla sobre el Cuartel Terranova, durante la dictadura militar. Esa obra es un antes y un después en mi vida. Y otro, uno de mis mejores amigos, Alejandro Ramírez, escribe en décimas y sobre el costumbrismo chileno.

El eco de Antígona” se presentará a partir del 13 de mayo todos los miércoles y los jueves a las 20:30 horas en el Foro Sylvia Pasquel, en la Colonia Condesa, en la Ciudad de México.