Obra de Ono vuelve a México

La más reciente exposición en nuestro país con obra Yoko Ono es “The Lulennial: Un Gestuario Sutil”, en el espacio independiente Lulu, muestra curada por Fabiola Iza y Chris Sharp.

Yoko Ono no sólo fue la controversial esposa de John Lennon, sino una artista con méritos propios ampliamente reconocida en el mundo del arte, pero cuya obra visual es poco conocida por un público más amplio, cómo en México, donde su arte se ha expuesto muy poco.

El momento de su mayor difusión local sucedió en 1997 en el Museo Tamayo, donde se montó Exit, monumental instalación consistente en cien ataúdes de cuyo interior surgían árboles. Una colectiva en el mismo año fue Diálogos Insólitos, muestra efectuada en el Museo de Arte Moderno, donde la artista propuso que los visitantes podían escribir en papel un deseo íntimo o aportar un objeto personal y fijarlos con martillo y clavos a un mueble repleto de ellos.

La más reciente exposición en nuestro país que incluye obra de Yoko Ono es “The Lulennial: Un Gestuario Sutil”, en el espacio independiente Lulu, muestra curada por Fabiola Iza y Chris Sharp, que reúne arte hecho con gran economía material y modestia de medios por casi una treintena de artistas nacionales y extranjeros y cuyo lema es: “pequeños gestos, gran impacto”. Entre los jóvenes artistas convocados se encuentran Chantal Peñalosa, Fernanda Gomes y Martín Soto Climent, y entre los de mediana carrera está Gabriel Orozco, Francis Alÿs, Karin Sander o Marie Cool & Fabio Balducci, entre los históricos está Robert Barry, Ji’í Kovanda y la propia Yoko Ono, artista de gran pertinencia para revelarnos el sentido de esta exposición.

Yoko Ono ha escrito muchas breves instrucciones que indican la ejecución de obras y acciones. Fabiola comenta al respecto: “Era importante tener sus Instruction Paintings, 1961-62, ya que el gesto se vuelve más radical si se circunscribe al género de la pintura. Ono originalmente exhibió las instrucciones junto a lienzos en los que cada instrucción se había llevado a cabo, pero posteriormente decidió prescindir de los lienzos y exhibir solamente las instrucciones, quería que la obra no existiera más que como un texto”.

Estas instrucciones publicadas en el libro Grapefruit de 1964 implicaban desde perforar el lienzo para ver el cielo hasta pegar diversas fotografías u objetos de múltiples personas con el nombre en común de “Mary” o quemar con un cigarro la imagen de una pintura hasta desaparecerla, tempranas acciones creadas a principios de los sesentas con las cuales artistas como Ono, Yves Klein, Piero Manzoni, entre otros, iniciaron la enorme diversidad material y multidisciplinaria del arte contemporáneo actual.

Sobre esta influencia fundacional, Iza señala, “Me parece muy importante que la obra no se sienta como una pieza histórica, es decir, continua siendo muy actual y creo que es debido a la fuerte influencia que sigue teniendo en artistas de generaciones más recientes el espíritu de Fluxus – agrupación a la cual Ono estuvo asociada en una etapa temprana de su carrera -. De esta forma crea un diálogo intergeneracional y vuelve a poner sobre la mesa temas como la inmaterialidad de la obra. Al estar en la tercera parte de la exposición junto a artistas como Robert Barry, se enfatiza la concepción de la obra como algo que puede existir solamente en la mente tanto del artista como de los visitantes a la exposición”.

Esta exhibición está completada por un programa de performance curado por Sophie Goltz, un archivo en línea con obra de artistas históricos y un catálogo de 144 páginas con ensayos e imágenes publicado y distribuido por la editorial italiana Mousse. Debido al diminuto espacio de exposición de Lulu – nueve metros cuadrados – esta exposición se ha dividido desde su inauguración el 7 de febrero en tres partes, la última se inaugura este sábado 18 de abril de 12:00 a 18:00 horas en Lulu, Bajío 231 esquina con Manzanillo, Colonia Roma.