Crean dispositivo para diagnosticar sordera en bebés

Especialistas de la Universidad de Querétaro diseñan cabinas para realizar tamices auditivos como una herramienta tecnológica que permite un diagnóstico más oportuno de sordera en recién nacidos.

El coordinador de Ingeniería en Automatización de la institución, Juvenal Rodríguez Reséndiz, explicó que esta tecnología está integrada por un procesador digital de estimulación neuronal que permite identificar si el bebé es capaz de percibir sonidos.

“Lo que realiza este aparato es el procesamiento de una señal en un dispositivo reconfigurable, que es una pastilla de silicio, donde se introduce un algoritmo que puede detectar las frecuencias a las cuales se está estimulando al bebé”, detalló en entrevista para la Agencia Informativa del Conacyt.

Después, abundó, se manda una señal al oído que estimula neuronas y ciertas áreas de la corteza cerebral, después se recogen estas señales y se mandan al equipo de procesador digital, donde ya se puede registrar con certeza si respondió el sistema auditivo del lactante.

Comentó que existen diferentes potenciales neuronales, entre ellos los evocados auditivos de estado estable (señales minúsculas de voltaje), que pueden mandar un estímulo auditivo al bebé, quien no lo podrá explicar con palabras pero sí mediante su actividad cerebral.

En este proyecto, mencionó, colaboraron especialistas de las áreas de Psicología y Medicina, así como de Ingeniería en Automatización con línea terminal en mecatrónica, Instrumentación y control de procesos, electrónica y sistemas embebidos; ingenierías biomédica, industrial y manufactura, además de diseño industrial de la UAQ.

Asimismo, de la Unidad de Neurodesarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, que además está apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), agregó.

A su vez, el estudiante de doctorado en Ciencias de la Computación, César Javier Ortiz, dijo que para diseñar estas cabinas se trabaja con un sistema de interfaz cerebro-máquina (BCI, por sus siglas en inglés), tecnología enfocada a dispositivos biomecánicos, como prótesis o silla de ruedas.

“Lo que a mí me compete es la parte del procesamiento de las señales cerebrales porque tenemos el problema de que vienen con mucho ruido que debemos filtrar. Todo este procesamiento digital de señales lo estamos trabajando, tanto en redes neuronales como en redes cuánticas”, explicó.

Rodríguez Reséndiz añadió que otra de las ventajas es que esta tecnología podría ser utilizada por adultos, principalmente, los que laboran en el sector industrial.