La primera flor que nace en el espacio

El astronauta de la NASA Scott Kelly ha informado en su cuenta de Twitter que ha logrado que nazca la primera flor en el espacio, una zinnia. Las semillas, como informa la página engadget.com, fueron plantadas por los astronautas de la Estación Espacial Internacional el año pasado y estuvieron a punto de perecer.

 Apenas un par de semanas después de empezar a cultivarlas, los tripulantes se dieron cuenta que las condiciones ambientales de la estación –con una humedad muy alta y un flujo de aire limitado– dificultaban el crecimiento. Además, los contenedores de semillas perdían agua.

 Todas estas circunstancias provocaron que las hojas se doblaran y curvaran de forma anormal. Las pasadas navidades la situación empeoró, al aparecer moho en las plantas.

 Kelly se encargó de las zinnias a partir de entonces. Incluso comentó a los responsables de la NASA que se encargaría de regarlas cuando fuera preciso, en vez de seguir una programación. “Si estuviéramos yendo a Marte y estuviéramos cultivando, seríamos responsables de decidir cuándo las plantas necesitan agua”, razonó.

 El pasado 27 de diciembre, el astronauta tuiteó una foto de algunas de plantas enfermas, explicando que tendría que “conectar” con su Mark Watney interior [protagonista de la novela y la película Marte, que encarna Matt Damon] para conseguir que sobrevivieran. Finalmente, casi todas murieron, excepto una, que ha sido alimentada hasta que ha florecido.

 Los mohos y las plantas muertas han sido almacenadas por los astronautas de la estación. Serán analizadas en la Tierra, con el objetivo de entender las diferencias de crecimiento de las plantas en el espacio exterior, especialmente en Marte.

 La NASA escogió las zinnias porque tienen un periodo de crecimiento mayor que las lechugas romanas. Por este motivo, las convierten en un importante paso previo a cultivar tomates. Las expectativas son que, en 2018, los responsables de la NASA envíen semillas de estas verduras para que sean cultivadas en el espacio.

 Los astronautas de la Estación Espacial Internacional ya lograron cultivar lechugas el pasado mes de agosto (y comérselas en ensalada). También en este caso fue complicado que crecieran, con un primer lote que murió por falta de agua.