Conoce los exconventos más bonitos del país

Entre los atractivos turísticos que se pueden admirar en México, sobresalen las antiguas edificaciones de conventos. Sitios de gran belleza arquitectónica, y en cuyas paredes se conservan detalles de aquellos que fueran sus años de esplendor.

Hoy en día, un gran número de estos recintos han sido adaptados como espacios para promover diferentes expresiones de arte o bien, continúan con actividades religiosas.

Por su carácter histórico y su majestuosidad, la UNESCO ha declarado a algunos ex conventos como Patrimonio de la Humanidad.

Son muchos los estados en los que puedes visitar y admirar la belleza de estos sitios, por lo que te compartimos un listado de 5 que consideramos no te puedes perder…y cuéntanos cuáles son tus favoritos.

Ex convento Betlehemita, Veracurz

Del siglo XVII, se encuentra ubicado en el Puerto de Veracruz, es una construcción que sobresale por su bella arquitectura colonial porteña. El majestuoso recinto comenzó a funcionar en 1975. Hoy, alberga al Instituto Veracruzano de la Cultura.

Ex convento del Carmen, Guadalajara

Ubicado en Guadalajara, es en la actualidad un centro de exposiciones artísticas para creadores locales y extranjeros. El recinto cuenta con cine, cafetería y tienda de libros. En 1758 se terminó la obra, convirtiéndose en el lugar de culto favorito.

Ex convento de San Bernardino de Siena, Sisal

En 1552 se inició su edificación. El lugar que ostenta una bella arquitectura, también es conocido como ex convento de Sisal, y es la segunda construcción franciscana más grande en Yucatán.

Ex convento de San Francisco, Pachuca

Otro ex convento que vale la pena admirad es el de San Francisco, ubicado en Pachuca Hidalgo. Su edificación data entre 1596 y 1660. En la actualidad alberga museos y salas de exposición, así como la Escuela de Artes del Estado.

Templo y ex convento de San Agustín, Guanajuato

Ubicado en Guanajuato, se comenzó a edificar en 1609. Porta un diseño elegante y renacentista. Sus instalaciones fungen como sede de la Casa de la Cultura. Durante la guerra de Reforma, fue convertido en cárcel.