¿Y qué haremos con el Hoy no Circula?

Seamos honestos, a los mexicanos nos gusta quejarnos. Por el frío, por el calor, por las manifestaciones, por las obras, por las vacaciones y ahora, una cosa más, por el Hoy No Circula. Si no tienes auto o siempre has preferido usar el transporte público o sí tienes auto pero ya no lo usas o solo tienes una bicicleta pues quizá esta medida anunciada por el Gobierno de la nueva CDMX pueda darte lo mismo, pero para una gran parte de la población cuya herramienta vital son los autos ya sea porque conducen un taxi, un Uber, son transportistas, prestan servicios a domicilio, o cualquier otra razón, es algo grave y serio.

No daré cifras pero solo imaginen todo lo que puede detenerse cuando un porcentaje de los autos de la ciudad no circula. Repercusiones económicas, comerciales, y ya ni hablemos de las consecuencias personales (comenzando por el mal humor). Pero una repercusión segura es que de un modo u otro sí dejaremos de contaminar (aunque sea muy poco), haremos que la movilidad en esta urbe sea más llevadera y algo más importante, que, sin darnos cuenta, nos hará reflexionar.

De entre todo esto, la pregunta no es si contaminamos más o menos o si en verdad los puntos IMECA descenderán si dejamos de usar nuestros autos una vez a la semana sino, preguntarnos qué tan conscientes estamos sobre el impacto de los vehículos en el ambiente. ¿De verdad necesitamos que las autoridades nos obliguen a ser responsables sobre las emisiones contaminantes? ¿Somos o no capaces por voluntad propia de cuidar nuestro entorno? ¿Después de las sanciones seguiremos sin darnos cuenta de los daños?

Las molestias de los conductores son claras y correctas. Sobre todo cuando se pagan impuestos por ser dueño de un automóvil. Incluidos también los argumentos de la deficiencia en el transporte público, su costo y el mantenimiento. Muchas de las unidades de autobuses, microbuses y metrobús contaminan más que los autos que dejarán de circular cada semana. Pero más allá  de ver los costos económicos, sociales, de movilidad, veamos los costos ambientales que causan el uso del automóvil: Cada vez hay menos árboles en la ciudad, cada vez más gente, cada vez más edificios (volteen a su ventana más cercana, ahí habrá uno que otro nuevo residencial o conjunto de oficinas). Por eso desde hace tiempo, no solo el Gobierno sino ONGs y asociaciones civiles han insistido en compartir viajes en auto, el aumento en el uso de bicicletas, el caminar o usar el transporte público. (Solo para terminar el punto, en este último, sí, hay muchas mejoras por hacer y es insuficiente, pero de que es una alternativa lo es). Alternativas hay, claro que implican tiempo y distancias, y hay muchas más cosas que mejorar en cuanto al transporte y movilidad en esta ciudad. Pero mientras no exijamos resultados no podemos quejarnos. Mientras estemos en la inmovilidad y afirmando lo que nos diga la autoridad y no hagamos nada por nuestra cuenta, todo seguirá igual, comenzando por la contaminación.

Que el Hoy No Circula más que unirnos como sociedad contra las autoridades que nos una como sociedad en pro de nosotros mismos. Los que podamos dejar de usar el auto y optar por otros medios hagámoslo. Los que no, que busquen alternativas como compartir viajes o mejorar las rutas para pasar en los autos el menor tiempo posible. El planeta ya está hecho, está en nosotros mejorarlo y cuidarlo. No en las manos de los Gobiernos ni en sus programas; solo en nuestra conciencia.