Pintura flamenca llega a la Ciudad

La colección privada de pintura flamenca más importante del mundo se encuentra en México para presentarse durante cinco meses en el Museo Nacional de San Carlos.

 Óleos y grabados de artistas de la talla de Peter Paul Rubens, Anton van Dyck, Martin de Vos, Jan Brueghel El Viejo y Víctor Wolfvoet forman parte del acervo de Hans Rudolf Gerstenmaier, un alemán apasionado del arte que radica en España desde hace décadas y que se ha convertido en “un cazador de la belleza”.

 Luego de un exitoso periplo por Perú, Chile y Francia, las 59 piezas de la colección llegan al país para “facilitar al gran público el conocimiento de obras de interés universal, así como fomentar la sensibilidad artística y conservar una parte del patrimonio artístico europeo”, señalan los organizadores.

 En la muestra, que abre al público este viernes 30 de octubre, hay obras realizadas a fines del siglo XV y hasta principios del XVIII.

 El recorrido inicia con pinturas religiosas, entre las que se podrá apreciar “el diamante” de la colección Gerstenmaier: la Virgen de Cumberland, de Rubens, donde aparece el hijo del pintor. Luego viene un espacio dedicado a las obras con tema mitológico, en el cual se puede apreciar que muchos de los artistas tomaron como fuentes para sus pinturas los textos clásicos de Homero, Horacio, Salustio, Séneca, Sófocles, Eurípides, Heródoto, Vitrubio y, especialmente, La Metamorfosis de Ovidio.

 Destaca la serie de Hendrick Goltzius Temas mitológicos y alegóricos, donde están Las tres gracias y la alegoría de Los cuatro elementos.

 El retrato, los bodegones y las naturalezas muertas completan la exposición que brinda la oportunidad de apreciar el magistral juego de luz y el claroscuros de los autores, los cuales buscaban imitar a la perfección la realidad.

 Las pinturas de flores son un alarde técnico, en el cual los artistas flamencos demuestran su maestría al plasmar tonos vibrantes, texturas, profundidades, la delicadeza de una gota de rocío, como mirar una fotografía, por ejemplo en el Jarrón de jardín con flores de Gaspar Pedro Verbruggen II.

 “Nos encontramos ante una oportunidad única de realizar un recorrido a lo largo de dos siglos de pintura flamenca, gracias a la labor tenaz y constante, y a la generosidad de Gesternmaier”, señaló la curadora Marisa Oropesa.

 La pintura flamenca o escuela flamenca de pintura designa al conjunto de artistas que se formaron y mantuvieron sus talleres en las ciudades flamencas en los siglos XV, XVI y XVII, lo que cubre los estilos artísticos del Gótico final, el Renacimiento, el Manierismo y el Barroco.

 Flandes es hoy en día un ambiguo término territorial que no coincide con la actual Región Flamenca ni con el antiguo Condado de Flandes, sino con la zona septentrional del Estado Borgoñón que a partir de finales del siglo XV puede denominarse Países Bajos de los Habsburgo, y que en la actualidad ocupan Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos. Sus ciudades (Amberes, Brujas, Gante, Bruselas, Ámsterdam, Delft, Haarlem, Leiden, entre otras) fueron la cuna del comercio de arte durante los siglos XV y XVI.

 Como ya es costumbre en el Museo de San Carlos (Puente de Alvarado 50, col. Tabacalera), se abrirá un espacio de inmersión en el que el visitante podrá conocer un taller flamenco del siglo XVII en el que habrá diferentes actividades, todas para experimentar cómo elaboraban sus obras de arte los grandes maestros como Rubens.

 Para conocer a detalle las opciones de actividades que se ofrecerán a los niños, se puede visitar la página www.mnsancarlos.com