El cantante llega a los Grammy Latinos del jueves como personalidad del año, un honor que se ganó con una lírica apasionada que cruzó las fronteras de Brasil y conquistó el mundo de la música popular.
Con himnos como «Cama y Mesa», «Quiero tener un millón de amigos», «Jesucristo», «Cóncavo y Convexo» o «Detalles», cosechó un éxito sin precedentes para un artista brasileño: ganó un Grammy en 1988 como mejor intérprete pop latino y otras cuatro estatuillas de su edición latina, además del premio a la Excelencia Musical que le concedió en 2004 la Academia Latina de la Grabación.
Son más de 100 millones de discos vendidos en todo el mundo en más de medio siglo de carrera, y los conciertos no paran de llenarse y los discos de venderse. Su reinado se hace más fuerte en cada presentación.
Una voz melosa puesta al servicio de frases como «quiero ser la toalla que deslizas por tu piel mojada» convirtieron a Roberto Carlos Braga, hoy con 74 años, en un autor de cabecera para los románticos en portugués o en español, un mercado al que entró como ningún otro artista brasileño.