En el marco de su aniversario, el Museo Universitario del Chopo fortalece su idea fundacional como un lugar de lo y los diferentes, de encuentro de públicos provenientes de sectores subculturales, y de gente iniciada en las tendencias artísticas y con ciertas exquisiteces, aseguró su director general, José Luis Paredes Pacho.
Explicó que en el Museo Universitario del Chopo se juntan y retroalimentan esos sectores de la población, sin distingos de ninguna clase. “La idea es fortalecer esa característica con una oferta cultural de artes visuales, artes vivas (teatro, danza, música, performance), literatura, el Cinematógrafo del Chopo, talleres, y la vinculación con el barrio”, subrayó.
Puntualizó que la meta es fortalecer ese espíritu que pronto convirtió al Museo Universitario del Chopo en un espacio único en la Ciudad de México, y único en el país y muy singular en el contexto mundial “porque no en todos lados hay lugares parecidos que propicien el encuentro del arte y la cultura con las expresiones callejeras o alternativas”.
Durante una entrevista con Notimex, Paredes Pacho informó que entre las actividades de corte celebratorio actualmente se ofrece “Úumbal: Coreografía nómada» para habitantes y que es el desplazamiento de los bailarines y bailarinas por tres rutas en la colonia Santa María la Ribera y zonas aledañas que son las inmediaciones del propio museo interactivo.
El entrevistado habló también del recorrido “¿Quién es el habitante de la casa?”, un paseo con audífonos por el barrio, con la intención de adentrarse en Santa María la Ribera, como un paisaje que contiene nuestros afectos; el propósito es transitar los espacios y ahondar en aquello que permanece vivo, según dijo el director general del mencionado recinto.
También está el “Estruendo multilingüe”, ciclo de música contemporánea indígena, con la participación de cuatro grupos y dos solitas, cuya propuesta reafirma el carácter actual de sus manifestaciones musicales. Provenientes de Chiapas, Oaxaca y Quintana Roo, estos compositores y cantantes de reggae, rock progresivo, metal, rap y hip hop.
“Todas esas actividades pretenden llegar, a través de la celebración de las cuatro décadas, a más públicos, que se sumen a lo que hemos construidos de tres años a la fecha, que es cuando llegué a la dirección del recinto, cuya fecha precisa de 40 aniversario es el 25 de noviembre; celebramos todo el mes de noviembre para recorrernos hasta enero de 2016”, dijo.
Más adelante apuntó que el Museo Universitario del Chopo es espacio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para la difusión del arte y la movilización del pensamiento.
“Ha sido bastión de las culturas y las prácticas artísticas que se distancian de las generalmente admitidas, albergando propuestas emergentes y transdisciplinarias”, expresó.
En cuatro décadas, el Chopo ha expandido los parámetros de las artes visuales, la música, el performance, el arte sonoro, el arte electrónico, el video-arte y otras manifestaciones que conjugan elementos de varias disciplinas. Consecuentemente, “sus actividades tengan un carácter transdisciplinario y heterodoxo”, puso en relieve el responsable del recinto.
En la música, el Chopo fue el escenario para la presentación de importantes bandas y solistas de rock como Iconoclasta, Botellita de Jerez, Real de Catorce, Haragán, Santa Sabina, Víctimas del Doctor Cerebro, Maldita Vecindad, Kenny y los Eléctricos, Betsy Pecanins, Cecilia Toussaint, Rita Guerrero, Regina Orozco, Eugenia León, y más.
La trayectoria artística de los performanceros Felipe Ehrenberg, Maris Bustamante, Lorena Wolffer y Verena Grimm también ha estado asociada, desde su inicio, con el museo. Además, ha albergado la expresión de la diferencia y de lo que se ha considerado marginal o subterráneo en los ámbitos cultural y creativo, abundó Pacho.
Lo cierto es que el programa del Museo Universitario del Chopo favorece desde hace 40 años la convivencia entre públicos de diversas generaciones y procedencias, así como el diálogo entre creadores y seguidores de distintas escenas culturales, por lo que ha sido un lugar de encuentro entre el arte y la calle. Ese es el espíritu que lo tiene vivo hasta hoy.