No hay dudas de que la aparición del WiFi cambió la forma en la que se utiliza internet y se ha hecho indispensable para la mayoría de las personas. Pero parece que tiene los días contados. Y el culpable se llama LiFi.
Aunque esta tecnología inalámbrica se dio a conocer hace cuatro años, ha sido ahora cuando se han realizado las primeras pruebas en el mundo real, es decir, fuera del laboratorio.
Los resultados han sido sorprendentes: alcanza una velocidad de transmisión cien veces mayor que el actual WiFi. En concreto, se ha conseguido una velocidad de transmisión de datos de 1GB por segundo, según informó la compañía de Estonia Velmenni, que está realizando estos ensayos.
Y se esperan velocidades aún mayores, pues en experimentos llevados a cabo en laboratorios de la Universidad de Oxford se alcanzaron los 22GB por segundo.
«Hemos diseñado una solución de iluminación inteligente para un entorno industrial en el que la comunicación de datos se realiza a través de la luz. También estamos haciendo un proyecto piloto creando una red de LiFi para acceder a internet en su oficina», señaló Deepak Solanki, director general de la compañía tecnológica Velmenni.
La tecnología LiFi utiliza la luz visible para esta transmisión y tan solo utiliza un diodo emisor de luz LED.
En 2011, el creador de esta tecnología, el científico de la Universidad de Edimburgo Harald Hass, demostró que con un solo LED se pueden transmitir más datos que con una antena de telefonía.
Haas asegura que puede utilizarse una bombilla LED «para transmitir internet de manera ultrarrápida».
El LiFi permitirá que una lámpara tenga dos funcionalidades: brindar luz y garantizar la conectividad con el enrutador.
En la Feria Internacional de Electrónica de Consumo (Consumer Electronics Show) de 2012, celebrada en la ciudad estadounidense de Las Vegas, se mostró esta tecnología, utilizando un par de teléfonos inteligentes para intercambiar datos y variando la intensidad de la luz de sus pantallas, con una separación máxima de diez metros.