El prestigioso Premio Turner, de arte contemporáneo, recayó ayer en el colectivo de jóvenes arquitectos y diseñadores londinenses Assemble, que rehabilitó con materiales reciclados diversas viviendas en Liverpool (Inglaterra) que iban a ser derruidas.
Los dieciséis miembros del grupo, todos ellos menores de 30 años, recogieron en una ceremonia en Glasgow el galardón, dotado con 25 mil libras, por Granby Four Streets, un proyecto en el que colaboraron con residentes locales para regenerar el interior de diez casas en estado de ruina.
A partir de materiales que podían encontrarse en la zona y aplicando una filosofía de “hágalo usted mismo”, el grupo de arquitectos, constituido en 2010, trabajó junto con decenas de vecinos para echar atrás los planes de demolición que había puesto sobre la mesa el ayuntamiento de la ciudad inglesa.
La cantante y guitarrista Kim Gordon, de la banda Sonic Youth, anunció los ganadores de un premio que entregan las galerías británicas Tate desde 1984 a artistas menores de 50 años afincados en las islas británicas.
Un portavoz de Assemble calificó de “sorprendente” el reconocimiento, el más prestigioso el arte contemporáneo en el Reino Unido y rodeado habitualmente de controversias, y aseguró que la experiencia de estar nominados ha sido hasta ahora “surrealista”.
La posibilidad de que los ganadores del Turner fueran profesionales del diseño y la arquitectura que nunca han reivindicado que su trabajo entre en el mercado del arte ha levantado suspicacias entre los críticos desde que fueron hechos públicos los nominados de este año.
El colectivo Assemble competía por el galardón con tres mujeres, entre ellas Nicole Wermers, cuya instalación “Infrastruktur” consiste en diez sillas con abrigos de piel sobre sus respaldos, con las que aspira a lanzar un mensaje feminista sobre la preeminencia de los diseños creados por hombres.