Para reducir el impacto negativo al medio ambiente, los alumnos del Instituto Tecnológico de Pachuca (ITP) convirtieron las botellas usadas de PET en un tóner reciclable y 60 por ciento más económico para impresoras 3D.
La maestra Angélica Enciso González, coasesora del proyecto, dijo en entrevista con Notimex que las nuevas tecnologías, como ocurre con las impresoras 3D, demandan altos costos para su uso y solo unos cuantos tienen acceso a ellas.
Resaltó que esa situación, aunado a la tendencia de adquirir nuevos y mejores productos ecológicos, los llevó a emplear las botellas de plástico desechables como materia prima para crear el producto final.
“Esa propuesta surgió al mirar cómo funcionaban las impresoras 3D y preguntarme qué podría hacer para incursionar e innovar en la tecnología”, expuso Diego Heriberto Austria Sánchez, estudiante de Ingeniería en Tecnologías de la Información y Comunicaciones del ITP.
Recordó que si bien esos dispositivos tienen la capacidad para imprimir en chocolate, células madre y plásticos, entre otros, el PET que se uso permite emplear otro tipo de material como filamento (hilo) para darle forma a los objetos durante la impresión.
Esto puede lograse mediante un máquina de extrusión diseñada para transportar, fundir y extruir de manera homogénea el material de botellas de plástico, que después dará un carrete de hilo ecológico de 1.75 milímetros de diámetros para ocuparse como cartucho o tóner.
Las pruebas del proceso electro-mecánico muestran que con 34 botellas de 600 mililitros llega a producirse un kilo de PET triturado y con un costo de 25 pesos, lo que genera unos 20 metros de filamento en tan solo ocho horas.
El joven inventor estimó que el kilogramo de hilo ecológico tendría un precio de alrededor a 500 pesos, “una cantidad razonable en comparación con aquellos materiales tradicionales que oscilan entre 800 y mil 200 pesos”.
Lo anterior significa que el filamento amigable con el medio ambiente sería 60 por más económico, de acuerdo al establecimiento donde se adquiera.
Además, entre otras ventajas, la máquina de extrusión también tiene la capacidad de crear filamento para las podadoras de césped manuales.
Austria Sánchez apuntó que los resultados que obtuvieron se consiguieron bajo prueba y error, pues es necesario controlar algunas variables como la temperatura, la homogeneidad del PET y la pureza, entre otras.
“El desafío más grande ha sido manejar la temperatura porque los polímeros son muy sensibles y puede alterarse el producto final, al exponer el PET a uno o dos grados de diferencia dentro de lo programado”, expuso.
Con esta tecnología, Diego Heriberto y Diana Celina Cruz Sánchez, otra estudiante de Ingeniería Química, obtuvieron el segundo lugar en el Segundo Encuentro de Jóvenes Investigadores Región Pachuca del Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación de Hidalgo (Citnova).
El doctor David González Marrón, asesor principal del proyecto, puntualizó que el esfuerzo es resultado de un grupo multidisciplinario de estudiantes y académicos del Tecnológico de Pachuca, y agregó que el prototipo está en trámites para registro de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI).
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), México produce más de nueve millones de botellas de plástico al año y ocupa el segundo lugar mundial en la generación de desechos de PET.
Esto indica que cada mexicano consume en promedio cinco botellas al día, lo que equivale a llenar el Estadio Azteca cada dos días.