Un investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Panamericana (UP) Campus Bonaterra, en Aguascalientes, desarrolló un prototipo de silla de ruedas robótica de bajo costo para las personas con grados severos de discapacidad motora.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el doctor Ramiro Velázquez Guerrero explicó que el prototipo lo desarrolló a partir de una silla de ruedas estándar plegable de aluminio, disponible de manera comercial.
El investigador adaptó motores eléctricos en las ruedas de la silla y una serie de dispositivos electrónicos como cámara de video, un joystick, una computadora, baterías y microcontroladores.
Velázquez Guerrero comentó que las sillas de ruedas son los dispositivos más populares para la asistencia motora, aunque el uso de las sillas de ruedas convencionales se limita solo a las personas que tienen la fuerza física necesaria para moverlas y maniobrarlas.
En contraste, las sillas de ruedas eléctricas (SRE) se diseñaron para personas con grados mayores de discapacidad motora; sin embargo, no siempre compensan las discapacidades motrices, aseguró el investigador de UP.
Lo anterior se debe a que las personas que padecen de coordinación y destreza física, espasticidad cerebral, tetraplejia/paraplejia, temblores, espasmos o traumatismo craneoencefálico, no pueden usar una SRE y se les prescribe una silla de ruedas estándar, cuya movilidad depende de la asistencia de otra persona.
En este caso, destacó el investigador mexicano, la robótica y la mecatrónica son herramientas esenciales para desarrollar SRE con cierto grado de autonomía.
Velázquez Guerrero resaltó que la silla de ruedas que desarrolló tiene un bajo costo, ya que su valor representa un tercio del de una silla de ruedas eléctrica disponible en el mercado.
“Buscamos desarrollar un prototipo que rebasara las sillas de ruedas eléctricas convencionales, más accesible en precio y con un mayor grado de autonomía, una silla más que eléctrica, robótica”, mencionó el investigador de la Universidad Panamericana.
El prototipo representó una inversión cercana a los 25 mil pesos, un costo menor al de una silla eléctrica convencional que se cotiza en el mercado en 75 mil pesos, en promedio.
La silla tiene tres modos de operación: manual, eléctrica y autónoma. La operación eléctrica se basa en un control joystick y se destinó para personas que, a pesar de su discapacidad, son capaces de maniobrar la silla.
La autónoma se basa en un sistema de visión por computadora inspirado de robots móviles para navegar a lo largo de corredores, caminos y otros ambientes estructurados y está dirigida para las personas con grados severos de discapacidad.
“La operación en modo estándar o propulsión manual es una opción disponible para casos de emergencia, como batería agotada o fallo en algún sistema”, especificó.
Velázquez Guerrero destacó que el prototipo de investigación ya se concluyó y está listo para transferirse a la industrialización y fabricación en serie; sin embargo, aún falta el apoyo en inversión.
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