En un minuto, en el que el corazón emite entre 50 y 100 latidos, se toman decisiones o se resuelven los problemas más complejos, también se puede realizaron la lectura de un cuento, señala la Secretaria de Cultura.
Los Cuentos de un minuto, de István Örkény forman parte de las ediciones del Programa Nacional de Salas de Lectura, de la Secretaría de Cultura.
Los cuentos llegan con instrucciones de uso dictadas por su mismo creador: “ahorran tiempo y no ocasionan ningún obstáculo para nuestra ocupadísima vida cotidiana –pueden ser leídos– mientras se cocinan los huevos pasados con agua o mientras logramos comunicarnos con el número telefónico que estamos marcando, sentados o de pie, en medio del viento o bajo la lluvia”.
El autor recomienda poner atención a los títulos, su brevedad ha sido pensada para que sirva igual que cualquier señalización. Por último, si no se entiende el cuento, vuelva a leerlo, si después de esa lectura continúa sin entenderlo, entonces el narrador asume toda la responsabilidad.