Alrededor de una fogata, gitanos bailan y cantan hasta que la luna se hunde en el horizonte; sus cuerpos huelen a humo de la leña ya hecha carbón; el sudor atrae a sus cuerpos, que dormirán en el día, tras una costumbre que se repetirá mientras haya ciclos y la oscuridad visible se recree en un teatro, para que se palmee en colectivo en espectáculos como “Flamenco hoy”, de Carlos Saura, quien llevó al séptimo arte esa cultura inmaterial patrimonio de la humanidad.
En el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, la noche del pasado viernes, se realizó la primera función del espectáculo que ha dado la vuelta al mundo, síntesis de la creación nacida en Andalucía.
Durante dos horas, los ¡olé! se repitieron y los ecos rebotaron desde gayola. Baile, música, luz, cine, poesía, la sensualidad y el erotismo salvaje emocionaron, en conjunto y de golpe a un público entregado. Es la plástica descrita por Lorca, los arpegios de Paco de Lucía, el mundo de las fusiones de El Cigala; el arte y el drama de la fiesta brava. El paseíllo, el redondel, los ¡aja! que vitorean un pase, una gaonera.
En Flamenco hoy brillan los instintos, lo pasional, el lado oscuro, porque no todo es racional. El ser humano es bivalente, luz y sombra.
Los tablaos han renacido en España y el flamenco está en auge. Fuera de la península arábiga, el país donde más se practica es Japón.
La premisa desarrollada por Carlos Saura es que el flamenco es capaz de imbricarse con todas las artes y provocar latidos en los corazones de personas de todas las edades y condiciones sociales. Saura utilizó los recursos del cine, sus desplazamientos con la cámara, sus travellings infinitos, sus close up y big close up para mostrar al flamenco hoy, con sus raíces y sus modernidades, su adaptación a lo contemporáneo, para prender fogatas en salas de cine y teatro de urbes de todas las latitudes y paralelos.
Flamenco hoy es un espectáculo de baile, música y cante en el que la luz es un personaje. Saura muestra y demuestra que el flamenco es sentimiento y pasión.
A las guitarras, palmas y panderos, Saura añadió chelos, piano, saxofón y flauta. En el Teatro de la Ciudad, el programa incluyó temas flamenqueados tradicionales de México, como Piensa en mí, de Agustín Lara, y un tema en el que se habla de Ignacio Zaragoza y la guerra contra los franceses. Todo cabe en una sevillana.