El Cinturón de Kuiper, una distante región del Sistema Solar, es el reino de los planetas enanos y congelados. Allí, en órbita a 5,000 millones de km del Sol, más allá de Plutón, una roca en particular ha sido observada por la nave espacial New Horizons de la NASA. Se llama 1994 JR1 y mide 145 kilómetros de ancho. ¿Su valor? Que puede ayudar a los científicos a entender mejor el origen de nuestro sistema y, por tanto, de nuestro propio mundo.
La New Horizons echó un vistazo sobre este KBO (por «Kuiper Belt Object», Objeto del Cinturón de Kuiper) los días 7 y 8 de abril a una distancia de unos 111 millones de km. Las imágenes rompen el propio récord de la nave, que ya había observado el mismo objeto con anterioridad, en noviembre de 2015, pero a 280 millones de km de distancia.
Simon Porter, miembro del equipo científico de New Horizons en el Instituto de Investigación Southwest (SwRI) en Boulder, Colorado (EE.UU.), cree que las observaciones contienen varias conclusiones valiosas. «La combinación de las observaciones de noviembre de 2015 y abril de 2016 nos permite determinar la ubicación de JR1 mucho mejor que cualquier pequeño objeto del cinturón», asegura. Esta órbita más precisa también permite que el equipo científico disipe la teoría, sugerida hace varios años, de que JR1 es un cuasi-satélite de Plutón.