El gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) refrendaron este jueves en La Habana, Cuba, un acuerdo histórico de cese el fuego bilateral y definitivo para poner fin al conflicto interno que vive ese país desde hace de 52 años.
Luego de tres años de negociaciones, el mandatario colombiano y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, firmaron este acuerdo con miras a poner fin al que se considera como el conflicto armado interno más antiguo de América Latina.
El gobierno de Colombia y las FARC anunciaron el miércoles que habían cerrado el acuerdo, cuyos detalles han dado a conocer hoy.
Durante más de medio siglo de duración, el conflicto colombiano ha causado más de 200.000 muertos y 6,9 millones de desplazados internos.
El acuerdo, denominado «Fin del Conflicto», incluye el abandono de las armas, garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales denominadas como sucesoras del paramilitarismo, así como la persecución de conductas criminales que amenacen la implementación de los pactos.
Aunque se trata de un paso importante, el cese el fuego previsto en este texto no entrará plenamente en vigor hasta que no se firme el acuerdo final de paz
Image caption Luciano Marín, alias Iván Márquez, ha sido el principal portavoz de las FARC en los diálogos en La Habana.
En el texto rubricado este jueves se establece un plazo de 180 días para que las FARC abandonen las armas tras la firma del acuerdo final de paz, en un proceso que contará con la verificación de una misión de observadores de paz de la ONU, conformada fundamentalmente por miembros de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac).
Además se prevé la creación a lo largo del territorio colombiano de 22 zonas de transición y de 8 campamentos temporales, donde se concentrarán los miembros de las FARC mientras se concluye su proceso de reincorporación a la vida civil.
Según el documento, la salida de los combatientes de las FARC de los campamentos se realizará «sin armas y de civil».
Las FARC entregarán sus armas a la ONU de forma paulatina, de acuerdo con un cronograma. Estas luego se utilizarán para levantar tres monumentos en distintos lugares de Colombia.