En México perviven a todos los grupos animales (vertebrados e invertebrados). Nuestro país es una de las seis naciones que tienen los 11 grupos de arácnidos (de las casi 113 mil especies en el mundo), con unas 5 mil 800, es decir, 5.1 por ciento, indicó Alejandro Valdez Mondragón, investigador del Laboratorio de Aracnología del Instituto de Biología de la UNAM, en Tlaxcala.
“Estudiar cualquier araña, artrópodo o animal en general es de suma importancia, porque representan millones de años de evolución”, explicó.
En octubre pasado el instituto creó un laboratorio dedicado a los arácnidos.
“Tlaxcala es uno de los estados donde menos se conoce la diversidad local, pese a ser el segundo más pequeño de la República, sólo después de la Ciudad de México”.
Al estudiar los arácnidos en el Parque Nacional La Malinche, se han colectado alrededor de mil 200 ejemplares y se han encontrado cinco especies nuevas, todavía en proceso de descripción. “Estimamos que en un par de años tendremos detectadas dos o tres veces más esa cantidad”, comentó Valdez Mondragón.
Estos investigadores también explorarán el Estado de México, Hidalgo y Puebla, además de Veracruz y Oaxaca. Enfocarán su trabajo en cuevas pues mucha de la diversidad de arácnidos en esos sitios aún es desconocida.
“Ya comenzamos en Cuetzalan, Puebla, pero el plan es expandirse, a largo plazo, a Veracruz, Tamaulipas y la península de Yucatán, donde hay formaciones de cavernas únicas y de las más largas a nivel mundial”, resaltó.
Cada año, cientos de especies de arácnidos, principalmente tarántulas, se extraen de forma ilegal de nuestro territorio y son vendidas a precios muy altos, tanto en Estados Unidos como en Europa (hasta 150 euros cada una).
Ejemplo de ello es la tarántula rodillas de fuego (Brachypelma smithi), la más traficada en el orbe por su belleza y gran colorido, además de ser animales dóciles y de fácil manutención.
“Los mismos habitantes de los pueblos ayudan a capturarlas a cambio de una remuneración muy baja; posteriormente, los traficantes son asistidos por el mismo personal de las aduanas, y finalmente llegan a otros países donde se venden en el mercado negro a precios muy altos.
“Afortunadamente, en México ya existen Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, que se encargan de reproducir y vender legalmente, con permisos de la Semarnat, algunos ejemplares”, finalizó Valdez Mondragón.