La sonda espacial Juno, que ingresó a la órbita del planeta Júpiter la noche del lunes, se convirtió oficialmente en la tecnología de energía solar que ha llegado más lejos del planeta Tierra, después de recorrer 2 mil 700 millones de kilómetros, hasta llegar al planeta más grande del sistema solar. En línea recta la distancia que separa actualmente a ambos planetas es aproximadamente de mil millones de kilómetros, pero debido al desplazamiento en elipse que fue necesario transitar para alcanzar a Júpiter, la sonda recorrió casi tres veces más distancia.
El anterior récord de distancia recorrida con energía solar lo tenía la sonda espacial Rosetta, de la Agencia Espacial Europea, que alcanzó 792 millones de kilómetros en octubre de 2012, durante su acercamiento al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
Lanzada en 2011, Juno es la primera nave con energía solar diseñada para operar a gran distancia del Sol. Es por ello que la superficie de paneles solares necesaria para generar suficiente energía es bastante grande. El área que ocupa la sonda es parecida a la de una cancha de basquetbol.
Juno pesa cuatro toneladas. Cada panel solar mide nueve metros de longitud y cuenta con 18 células solares individuales. A distancia de la Tierra del Sol, las células tienen el potencial para generar aproximadamente 14 kilovatios de electricidad. Pero los mismos rectángulos de silicio y arseniuro de galio han sido los responsables de transportar la nave hasta Júpiter, sin combustibles de hidrocarburos o nucleares. Ésta es una razón más por la que la visita actual a Júpiter es una historia de gran impacto tecnológico.
“Ahora Juno ha logrado demostrar que se pueden extender las posibilidades de uso de la tecnología de energía solar para llegar a distancias lejanas y ayudarnos a aprender más acerca de nuestros orígenes. Es muy alentador pensar que en esta búsqueda de información el Sol nos está ayudando”, dijo ayer Scott Bolton, principal investigador de la misión Juno, tras informar que la nave no tripulada alcanzó la posición para comenzar a captar y enviar datos a la Tierra.
Antes de Juno, ocho naves espaciales han navegado hacia la parte más profunda del sistema solar, pero todas habían usado fuentes de energía nuclear para hacer su trabajo. Ahora se consiguió obtener el mayor rendimiento de las células solares, combinadas con instrumentos muy eficientes y una ruta de navegación que puede evitar la sombra de Júpiter.