Primeras ediciones, folletos, revistas documentos, películas, ilustraciones, diseños escenográficos, dibujos y pinturas que exhiben las características del grupo generacional en el periodo de 1919 a 1952, integran la exposición «Los Contemporáneos y su tiempo».
La muestra que esta noche se inaugura en el Museo del Palacio de Bellas Artes, profundiza en torno a 11 literatos y sus aportaciones al devenir cultural del México posrevolucionario.
En rueda de prensa, Magdalena Zavala, coordinadora de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), señalo que la muestra representara una nueva dinámica de las exposiciones nacionales que la institución reforzará.
La funcionaria comentó que la exhibición explora la obra literaria y el legado cultural de la brillante generación homónima a través de 294 piezas, entre publicaciones, correspondencia, fotografías, esculturas, pinturas, dibujos, grabados y guiones cinematográficos.
Por su parte, Miguel Fernández Félix, director del museo, se refirió a los Contemporáneos como «personajes que tuvieron una relación importante a principios del siglo con el Ateneo de la Juventud, en que no olvidaron esa tradición de la critica».
«Estamos hablando de Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Enrique González Martínez, Ramón López Velarde, y esta muestra marca esta relación con estos maestros y este diálogo que tuvieron.
«La muestra marca también, la relación de la palabra, la cual está presente en publicaciones del año 1918 en adelante, y que continúa con las revistas importantes que tuvieron una presencia en la cultura mexicana tan importante como Ulises», indicó.
Articulada en cinco apartados, la exposición ofrece un acercamiento a la obra literaria de 11 escritores pertenecientes a Los Contemporáneos, nombre de la principal revista que durante más tiempo los congregó: José y Celestino Gorostiza, Gilberto Owen, Bernardo Ortiz de Montellano y Jaime Torres Bodet.
También Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Enrique González Rojo, Carlos Pellicer, Jorge Cuesta y Samuel Ramos, sin dejar de lado a personajes y maestros que influyeron en sus trabajos y visiones acerca del México moderno, como Antonieta Rivas Mercado, Alfonso Reyes, José Vasconcelos y José Juan Tablada.
«Es tiempo de entender la manera en la que se llevó a cabo la reconstrucción cultural y educativa del México posrevolucionario y de que presentemos no solo a los miembros destacados de la generación del Ateneo, sino también a las generaciones que les precedieron, a los grupos culturales paralelos y a los músicos, pintores y dramaturgos que se vincularon a sus proyectos», declaró Arturo Saucedo, creador del concepto curatorial de la muestra.
A lo largo del primer apartado, Maestros de la generación, se presentan a seis de los maestros de Los Contemporáneos: Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, José Vasconcelos, Ramón López Velarde, Enrique González Martínez y José Juan Tablada, quienes influyeron en el pensamiento literario de la generación que llenó las páginas de diarios y revistas entre 1919 y 1952.
Fotografías de época, algunos retratos al óleo y diversas publicaciones como «Revista Nueva», «San-Ev-Ank» y «La Falange» componen esta selección.
El fuego de Ulises, segundo núcleo, comprende las aportaciones realizadas bajo la participación intelectual y mecenazgo de Antonieta Rivas Mercado en torno al teatro, la música y la literatura.
En esta sección se incluyen retratos, imágenes de escenografías y obras de teatro propuestas por la agrupación, dibujos, pinturas, esculturas y publicaciones como la revista «Ulises» (1927-1928), una continuación de «La Falange» (1922-1923), en la que se conjuntaron las vanguardias literarias y el arte moderno mexicano impulsado por los Contemporáneos.
En Contemporáneos, la generación de la crítica, se encuentran cuatro subnúcleos dedicados a los proyectos culturales de la agrupación, divididos en críticas y aportaciones al teatro, la literatura y las artes visuales, así como en sus acercamientos y confrontaciones con las vanguardias estridentista y surrealista.
Motivados por la curiosidad y el ocio, la reflexión y la duda, pero sobre todo por la pasión por el conocimiento y la discusión, este colectivo renovó el mundo de las letras y de las ideas de su época.
La crítica cultural, primer subnúcleo, examina la actitud crítica con la que se desenvolvieron los Contemporáneos
Desde la mirada del escritor realizaron diversas revisiones de los valores plásticos a través de revistas como «La Falange», «Ulises», «Contemporáneos», «Forma» y «El Hijo Pródigo», entre otras, además del Boletín Mensual Carta Blanca, en el que participaron plumas como las de Samuel Ramos, Xavier Villaurrutia y José Gorostiza junto con artistas como Carlos Mérida y David Alfaro Siqueiros.
Por su parte, Estridentistas y Contemporáneos plantea los encuentros y desencuentros con los miembros del estridentismo, movimiento cultural paralelo a los Contemporáneos.
Entre las piezas que componen esta sección se encuentra «El café de nadie» (segunda versión) (1927) de Ramón Alva de la Canal; «El puerto» (1921) de Fermín Revueltas y «Líneas de teléfonos» (1925) de Tina Modotti.
Los vínculos que tuvieron los integrantes del grupo con el movimiento surrealista se exponen en El espíritu del surrealismo, compuesto por obras como «El inventario» (1940) de Leonora Carrington, «Sueño» (1940) de Carlos Orozco Romero y «La raqueta» (1938) de María Izquierdo, además de fotografías de la autoría de Manuel Álvarez Bravo y Man Ray, entre otras.
El teatro nuevo ofrece una mirada a esta disciplina, en la que los Contemporáneos figuraron no solo como productores y creadores de escenografías, sino muchas veces como actores, e incluso traductores de obras teatrales extranjeras, presentes en el Teatro de Orientación, precedente del Teatro de Ulises.
El cuarto núcleo de la muestra, Cine en Contemporáneos, indaga las contribuciones que este grupo realizó tanto a la dirección y la creación de guiones cinematográficos, como a la crítica.
Mientras que en Legado de la generación, última sección del montaje, se da cuenta de la huella indeleble que dejaron sus aportaciones a la herencia cultural del México moderno.
La exposición «Los Contemporáneos y su tiempo» estará abierta hasta el próximo 4 de septiembre.