Buenos hábitos alimenticios y la activación física son indispensables para prevenir la aparición del síndrome de ovario poliquístico, dijo la coordinadora de Infertilidad del Instituto Nacional de Perinatología, Patricia Aguayo González.
Explicó que esa enfermedad puede también causar irregularidades en la menstruación, escasez o ausencia de este proceso fisiológico (oligo-anovulación), aumento de hormonas sexuales masculinas (hiperandrogenismo) e infertilidad.
Además, al no ser tratada a tiempo, ocasiona resistencia a la insulina, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y hay más riesgo de padecer cáncer de endometrio, que es la membrana mucosa que cubre la cavidad del útero.
Las mujeres que sufren del síndrome de ovario poliquístico son más propensas a de desarrollar diabetes mellitus tipo II, colesterol y triglicéridos (dislipidemias), advirtió.
En México, indicó, entre cinco y 10 por ciento de la población femenina en edad reproductiva presenta ese problema de salud, y es más visible en quienes tienen sobrepeso u obesidad.
Para detectar la enfermedad, abundó, es necesario que las mujeres en edad reproductiva acudan con un especialista en caso de presentar signos característicos del síndrome de ovario poliquístico.
Precisó que entre los síntomas están alteraciones en la menstruación, acné e hirsutismo, es decir, crecimiento de vello en áreas andrógeno-dependientes como mentón, hombros, espalda, cara, pecho, glúteos y muslos, entre otros.
Refirió que el tratamiento consiste en intervenciones farmacológicas como la ingesta de anticonceptivos orales para regular los niveles de andrógenos, estrógenos, las menstruaciones y algunos reducen el acné y el hirsutismo.
Aguayo González exhortó a los padres de familia a vigilar los síntomas de alerta en sus hijas y fomentar la activación física y una sana alimentación.