Por primera vez en 25 años, la próxima edición del Tour de Francia incluirá las cinco cadenas montañosas de la Francia continental, para conformar una prueba de resistencia alargada que seguramente le vendrá bien —por sus capacidades de escaladores— al campeón Chris Froome y a su rival colombiano Nairo Quintana.
En su intento por rejuvenecer esta carrera de 113 años de edad, los organizadores del Tour han hallado nuevos retos de la geografía francesa durante las tres semanas de la competencia agotadora, con nuevas subidas y, en la etapa 18, una final sin precedentes en las alturas en el desafiante Col d’Izoard de los Alpes: un terreno rocoso, hostil y de tipo lunar que podría ser el gran campo final de batalla para que el ganador se gane el cheque de 500 mil euros (550 mil dólares).
Esa va a ser una de las etapas más decisivas», dijo Froome, quien ganó el Tour para Sky en 2013, 2015 y este año. Quintana llegó segundo en 2013 y 2015, y tercero en 2016.
Antes de eso, en la etapa 12, en los Pirineos, el Tour subirá a la estación de esquí de Peyragudes, donde en 1997 se filmaron algunas escenas de la película de James Bond «Tomorrow Never Dies».
La ruta comenzará el 1 de julio en Dusseldorf, Alemania, y concluirá el 23 de julio —como es costumbre— en los Campos Elíseos de París. En sus 3.516 kilómetros (2.185 millas) incluirá escaladas en los Vosgos, el Jura, el Macizo Central, los Pirineos y los Alpes. Desde el Tour de 1992 los organizadores se habían abstenido de incluir las cinco cadenas montañosas de Francia.
Se ve difícil», admitió el australiano Richie Porte, quien este año terminó quinto para BMC Racing.
Las subidas más duras —de dos grados, de un grado y otra sin clasificación en la escala de ascensos de ciclismo por su dificultad— serán unas cuantas menos en la versión del próximo año: 23 en total, frente a las 28 de este año y las 25 en 2015 y en 2014. Sin embargo, estarán dispersadas a través de 14 días, en lugar de concentrarse en dos bloques —los Alpes y los Pirineos— e incluirán seis ascensos fuertemente empinados.
El Col du Grand Colombier, en el Jura, tiene gradientes de 22 por ciento. Los competidores tendrán que llegar al Tour con una condición excelente para las escaladas y mantener esa fuerza para competir por el título.
Con solo tres metas de montaña —entre ellas el Izoard-, que a menudo son muy decisivas en el Tour, los candidatos al título como Froome y Quintana también podrían tener que competir duro en otros terrenos para vencer a sus rivales.
«Se podría hacer una carrera mucho más táctica en las montañas», dijo Froome. «Esto abre la puerta para que la gente sea más audaz».
Con apenas cinco días en la competencia, los 198 participantes se enfrentarán a la escalada relativamente corta, pero muy fuerte, de subir a la estación de esquí Planche des Belles Filles, en los Vosgos, con pendientes de 20 por ciento, en el este de Francia.