La lápida original del lugar donde la tradición cristiana sitúa la tumba de Jesús quedó al descubierto por primera vez en cinco siglos después de que un equipo de expertos griegos retirara la lastra que la cubría desde tiempos de Bonifacio de Ragusa en el siglo XVI.
Sin ningún tipo de ceremonia o acto religioso, la losa de mármol fue retirada por el grupo de expertos griegos, quienes dejaron al descubierto el sitio donde fue enterrado Jesucristo. Ante la presencia de algunos franciscanos, representantes de familias musulmanas que se habían ahí congregado y algunos turistas que sorprendidos por el pronto cierre de la iglesia fueron testigos sin sospecharlo de un momento histórico.
Bonifacio cubrió la tumba con la lastra actual», explicó el franciscano fray Artemio Vítores, quien fuera custodio adjunto de Tierra Santa y quien además agregó que, al mover la lastra, «ahora se ha visto de nuevo la piedra original».
El descubrimiento forma parte de los trabajos de renovación hechos esta semana en el Santo Sepulcro en Jerusalén, a cargo de Antonia Moropoulou, profesora de la Universidad Nacional Técnica de Atenas, y que están en marcha desde junio pasado.
La última vez que se pudo ver la losa original de la tumba de Jesucristo fue en 1555, durante unas obras ordenadas por el entonces custodio, Bonifacio de Ragusa.
Desde entonces nadie había podido presenciar lo que ocultaba el sagrado Sepulcro, sin embargo de acuerdo al diario El País, al terminar los trabajos de restauración, cualquiera que visité el lugar podrá contemplar la losa original.
Fue éste quien ordenó cubrirla con una losa para protegerla y pidió «una partida en dos para que pareciera inservible y no la robaran», sostiene Vítores, quien prepara un libro sobre la historia del lugar más santo para el cristianismo, situado en el corazón de la ciudad vieja de Jerusalén.