La aspirina del siglo XXI parecen ser las estatinas. Además de ser una familia de fármacos eficaz y segura para el tratamiento del colesterol y reducir el riesgo cardiovascular, de tener efectos beneficiosos sobre el cáncer, la demencia, o para regenerar hueso, ahora un estudio que se publica en «JAMA Neurology» asegura que su consumo, mantenido en el tiempo, podría reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Ahora bien, dicho riesgo variaba en función del estatina y raza y según sus autores los resultados deben ser confirmados en ensayos clínicos.
Lo cierto es que algunas investigaciones anteriores ya había sugerido una asociación protectora entre las estatinas y la enfermedad de Alzheimer. En este trabajo, el grupo de investigadores coordinado por Julie M. Zissimopoulos, de la Universidad del Sur de California-Los Ángeles, analizó los datos de una muestra de casi 4 millones de beneficiarios de Medicare (la seguridad social de EE.UU.) que consumían estatinas para examinar la asociación de las estatinas y la aparición de la enfermedad de Alzheimer. En concreto los investigadores examinaron el consumo elevado o reducido de estatinas así como el tipo de estatina de las cuatro recetadas con mayor frecuencia: simvastatina, atorvastatina, pravastatina y rosuvastatina.
De los 4 millones de beneficiarios analizados, entre 2009 y 2013, el 1,72% de las mujeres y el 1,32% de los varones fueron diagnosticados de alzhéimer. Los resultados mostraron que el consumo elevado de las estatinas (al menos el 50% de días de prescripciones en un año durante al menos dos entre 2006 y 2008) se asoció con un riesgo de un 15% menos de de alzhéimer para las mujeres y de un 12% en los hombres, aunque variaban según raza y sexo. Por ejemplo, el riesgo era menor para los hombres hispanos, mujeres y hombres blancos, y mujeres negras.