Nueva York y Los Angeles, las dos mayores «ciudades santuario» de Estados Unidos, prometieron resistir al castigo de Donald Trump y seguir protegiendo a sus inmigrantes sin papeles.
«Protegeremos a toda nuestra gente sin importar de dónde vienen y sin importar su estatus migratorio», dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en una conferencia de prensa convocada a las prisas luego de que el flamante presidente Trump firmara decretos contra los inmigrantes.
La decisión de Trump de cortar fondos federales a la policía de las cerca de 300 «ciudades santuario» del país será «contraproducente» y las tornará menos seguras, añadió.
«Separar a las familias y cortar financiación a cualquier ciudad -especialmente a Los Angeles, por donde entra el 40% de las mercaderías estadunidenses, y por cuyo aeropuerto viajaron más de 80 millones de pasajeros el año pasado- pone la seguridad personal y la salud económica de toda nuestra nación en riesgo», advirtió asimismo el alcalde Eric Garcetti en un comunicado.
El alcalde de Los Angeles aseguró que su ciudad seguirá siendo tolerante y dará la bienvenida a todas las personas «sin importar lo que suceda en Washington DC».
Los alcaldes de otras cuatro ciudades californianas, San Francisco, Oakland, San José y Berkeley, también denunciaron el decreto de Trump en un comunicado conjunto.
«No cederemos ante amenazas o grandilocuencia política. Junta, el Área de la Bahía seguirá siendo fiel a los valores de inclusión, compasión e igualdad, unida contra cualquier y todos los esfuerzos para dividir a nuestros residentes, nuestras ciudades y nuestro país», dijo el alcalde de San Francisco, Ed Lee.