La producción sustentable de gasolina está cada vez más cerca. Un equipo de científicos coreanos ha conseguido, con fabricar, por primera vez, este combustible sin necesidad de recurrir al petróleo ni a ningún otro material fósil.
Para este fin han utilizado a una de las bacterias más estudiadas: la Escherichia coli, que vive en el interior del intestino y que es la responsable de muchos de los malestares del colon.
Con ella se ha logrado producir insulina para tratar la diabetes e interferones para el cáncer. Ahora se ha conseguido manipularla para fabricar la primera biogasolina.