Como parte de las actividades de la exposición «Artificios para la mirada», que exhibe el Museo Nacional del Virreinato (MNV) se analizó el vínculo entre la ciencia y el arte en la Nueva España.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que da cuenta del encuentro, los jesuitas se dedicaron a construir instrumentos tecnológicos para explorar los fenómenos de la naturaleza y del cosmos, los cuales eran observados bajo la curiosidad científica, con la intención de glorificar un discurso teológico, contrario a lo propuesto por Galileo Galilei.
Durante su participación con la conferencia Convertir por medio de la ciencia: óptica y pintura en la producción cultural de la Nueva España, Linda Báez Rubí, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, refirió que la cultura humanista promovía en el siglo XVI una filosofía natural vinculada con la práctica y la experimentación, que se abría paso en los secretos de la naturaleza, ya no sólo para imitarla, sino para superarla.
Esa “física católica” encontró su articulación visual en los frontispicios de las obras escritas por jesuitas, donde se aclaró que pese a la tecnología, sin la razón y la iluminación divina, el ser humano no podría interpretar correctamente los fenómenos naturales percibidos y llegar al conocimiento.
El telescopio como elemento de conversión, dijo, es representado en la pieza «La Purísima Concepción» (1796), del pintor novohispano Andrés López, que forma parte del acervo del MNV, la cual plasma elementos teológicos como la estrella matutina, la torre de marfil y la fuente de sabiduría, incorporados al paisaje y a la historia en el plano terrestre.
Por otro lado, en la ponencia “Imaginar Nueva España como países de Flandes. Aproximaciones a la construcción del espacio en la pintura flamenca y novohispana: siglos XVI-XVII”, el historiador Abraham Villavicencio expuso que en el territorio novohispano la manera de configurar el paisaje pictórico derivó directamente de los modelos flamencos que llegaron por España.
Mencionó que los recursos plásticos para ambientar y crear la atmósfera que envuelve las escenas en las pinturas flamencas tempranas del siglo XV, se aprecian los paisajes que asoman por las ventanas, así como en el uso de los espejos del área captada en la pieza y el formato de tríptico en la obra que da profundidad a la imagen.
En “La percepción de ‘lo flamenco’ en Nueva España: algunas consideraciones sobre la presencia de la cultura material de Flandes en el virreinato”, conferencia presidida por el doctor en historia de la Universidad Lovaina, Bélgica, César Manrique, se explicó que los Países Bajos históricos fueron un área cultural caracterizada por sus aportes artísticos de la cual la Nueva España se benefició rápidamente.
Así, desde su época formativa, los saberes de los Países Bajos estuvieron presentes en el territorio bajo la influencia de personajes como Fray Pedro de Gante (Pieter van der Moere) y el pintor Simon Pereyns.
En el coloquio también participaron Marco Antonio Silva, con la ponencia “Signo y seña: características de la representación de la indumentaria en la tradición pictórica neerlandesa. Siglos XVI y XVII”; y “Las pinturas de Martín de Vos en México, iconografía, técnica y función”, de Elsa Arroyo.
s” (Blunt) vuelve a entrar en las vidas de la familia “Banks” y junto con el optimista iluminador de las calles, “Jack” (Miranda), utiliza sus habilidades mágicas para ayudarlos a recuperar la alegría.
“Mary Poppins returns” también introduce en la vida de los pequeños un nuevo surtido de coloridos personajes, entre ellos a su excéntrica prima, “Topsy” (Streep), se indicó mediante un comunicado de prensa.