Los animales necesitan medir la época del año para poder anticiparse y adaptarse a la llegada de una nueva temporada y acomodar la reproducción y otras funciones vitales esenciales.
Un nuevo estudio, realizado en la Universidad de Bristol, ha identificado cómo los animales miden el tiempo anual para controlar la fertilidad estacional.
En aves y mamíferos este proceso de adaptación está mediado por la liberación de hormonas de la glándula pituitaria que controlan múltiples funciones, como la reproducción, la respuesta al estrés y cuando en la piel de los animales crece una nueva capa.
La medición de la longitud del día, sin embargo, y consecuentemente la época del año, está mediada por la hormona melatonina, que se libera de la glándula pineal durante la noche. Hasta ahora, la forma en que la melatonina podía indicar el tiempo a la pituitaria no fue entendida y ha sido objeto de una investigación de 30 años.
El estudio, publicado en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, realizado por Jennifer Castle-Miller, una ex estudiante de doctorado en el Centro de Anatomía Comparada y Clínica de la Universidad de Bristol, dirigido por Domingo Tortonese, de la misma escuela, y el profesor David Bates, de la División de Cáncer y Células Madre en la Universidad de Nottingham, informa del mecanismo por el cual la melatonina traduce los efectos de la duración del día en la fisiología estacional.
Utilizando una oveja como modelo experimental, encontraron que la duración de la secreción de melatonina en la noche controla la producción de diferentes formas de una proteína llamada factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, por sus siglas en inglés) dentro de una región pituitaria específica que está cerca del cerebro.
Las formas en que el VEGF impide el crecimiento de los vasos sanguíneos se producen en el invierno, pero las que lo estimulan se hacen en el verano.