Las agencias espaciales limpiarán el espacio con una especie de servicio de recogida de basura espacial, explicó Holger Krag, director de un encuentro internacional sobre esta problemática de la Agencia Espacial Europea (ESA) que finalizó hoy en Darmstadt (Alemania).
Dentro de unos años se harán pruebas en el espacio con brazos mecánimos y redes para recoger satélites fuera de servicio, explicó Krag.
«Debemos demostrar que somos capaces de hacerlo. Nadie aplicará antes esa tecnología». La retirada de las piezas más grandes es «necesaria, incluso si se aplica de manera consecuente la estrategia para evitar generar más basura espacial», añadió.
La recogida de basura espacial evitará que se produzca el denominado «síndrome de Kessler» descrito por el experto estadunidense Donald Kessler.
Se tratará de una reacción en cadena producida por la colisión de fragmentos de desechos generando aún más fragmentos, lo que impedirá la salida al espacio de nuevas naves.
La ESA espera también poder averiguar cuántos fragmentos de basura orbitan alrededor de la tierra con la ayuda de radares y telescopios, pues hasta ahora sólo hay estimaciones.
Según la ESA, se cree que hay unos 166 mil millones de fragmentos de basura de entre un milímetro y un centímetro. «Los fragmentos pequeños también son peligrosos», explicó Krag. Se cree que hay unos 750 mil fragmentos algo más grandes, de entre uno y diez centímetros.
En caso de uno choque a unos 40 mil kilómetros por hora pueden provocar el efecto de la explosión de una granada de mano.
Al rededor de 400 expertos de las principales potencias espaciales discutieron durante cuatro días en el centro de control de satélites de las ESA sobre la basura espacial.
Se trata del evento más importante del mudo sobre el tema y se celebra desde 1993 cada cuatro años.