En pleno desierto de Atacama, Chile, un cerro aguarda la construcción del mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo. Con un cristal de 39 metros de diámetro, casi la mitad de un campo de futbol, el Telescopio Extremadamente Grande (ELT, por sus siglas en inglés) será el «ojo más grande» para observar el cielo desde la Tierra.
Con él se avanzará en la búsqueda de posibles planetas habitables o en la investigación de la materia oscura y de los agujeros negros.
El cerro Armazones está a unos 130 kilómetros al sur de Antofagasta. Hace dos años se voló el pico de la montaña para allanar el terreno que acogerá esta ambiciosa obra de ingeniería: una cúpula de 80 metros de alto capaz de sostener un enorme espejo que rotará para seguir el movimiento de las estrellas.
El próximo 26 de mayo se pondrá la primera piedra y se espera que en noviembre de 2024 el telescopio sea inaugurado, o como dicen los astrónomos, vea su primera luz.