Científicos de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) realizan proyectos de investigación enfocados en la elaboración de pellets o material aglomerado, para generar biocombustible a partir de la paja del frijol y arroz.
La cascarilla de arroz es un residuo agroindustrial sin ningún uso, ya que no la consumen ni humanos ni animales. Además, si se tira al agua flota por su alto contenido de silicio, explicó la alumna de maestría en ciencias de la energía, Inés Ríos Badrán.
“La cascarilla de arroz solamente es quemada y se deja en los campos para que sirva de abono o para los procesos de secamiento del arroz. Entonces ahí tenemos un gran potencial”, indicó la estudiante.
En entrevista con la Agencia Informativa Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Ríos Badrán destacó que el proyecto contempla que los beneficiados sean las comunidades donde usan estufas de leña, industrias ladrilleras que llegan a emplear llantas en los procesos de quemado.
Por su parte, el estudiante de maestría en ciencias de la energía, Daniel Trejo Zamudio, desarrolla otro proyecto para producir pellets a partir de los residuos de tallo, hoja y vaina de frijol.
“El objetivo de la investigación es aumentar la densidad energética de esta paja. Como parte del proyecto buscamos encontrar las condiciones más óptimas para obtener máximo poder calorífico”, sostuvo.
La jefa de la División de Investigación y Posgrado, Claudia Gutiérrez Antonio, destacó que los alumnos toman como materia prima la biomasa residual, del agroprocesamiento y de los restos que quedan cuando se hace un cultivo de alguna especie.
“Lo que utilizamos son los residuos que quedan en los campos y que actualmente no tienen un uso agropecuario o comercial pero que representan un serio problema de contaminación”, aseguró.
Agregó que «por el estado físico en el que se encuentran, pueden quemarse como si fueran leña para poder generar tanto energía calorífica como eléctrica”.
De acuerdo con Gutiérrez Antonio, otra parte de la investigación analiza las condiciones en las que estos pellets pueden tener un máximo contenido de energía, así como la utilización de los residuos producidos tras su combustión.
“Estos residuos, al momento de quemarlos, nos permitiría la generación de energía eléctrica, lo que representaría beneficios ambientales”, dijo.