Expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) supervisan la restauración de seis pinturas —del siglo XVIII— de gran formato de la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, edificada en el siglo XVI, en Tlaxcala.
Las piezas, fechadas en 1744, están alojadas en la sacristía del recinto religioso y son del artista novohispano José Joaquín Magón. Los pinturas se titulan El Calvario (4.50 m de alto por 5.90 m de largo), La Caída (4.50 por 5.80), La Flagelación (4.50 por 6.25), La Última Cena (4.50 por 6.37), El Beso de Judas (4.50 por 6.25) y El Rey de Burlas (4.50 por 6.30).
Los restauradores Alatiel de la Mora, supervisora del Centro INAH Tlaxcala, y Ricardo Medina, director del proyecto, indicaron que dicha tarea deriva del trabajo previamente realizado por el Instituto en los retablos del mismo santuario.
De acuerdo con los expertos, una parte de las afectaciones que presentaban los bienes derivaba de su propia técnica de manufactura; se determinó que cada lienzo estaba conformado por hasta 13 telares más pequeños unidos entre sí, lo que ocasionaba pérdida de tensión y dobleces en las imágenes. Se encontraron notables afectaciones en los bastidores, causadas por la presencia de microorganismos, insectos de madera e incluso nidos y deyecciones de aves.
Lo anterior, aunó, se atendió con la elaboración de nuevos soportes, el reentelado, la limpieza y la corrección de los planos para devolver a las pinturas su posición y firmeza originales; posteriormente se dio paso a la fase de reintegración cromática y barnizado.
Alatiel de la Mora destacó que el proyecto inicial y las modificaciones hechas durante su desarrollo, fueron revisadas y autorizados por el Centro INAH Tlaxcala.