El Jardín de Plantas Medicinales y Aromáticas Xochitlalyocan de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) abrió sus puertas al público el 26 de mayo pasado, con una colección de 50 especies vegetales de origen mexicano, como el muicle, romero, epazote, cinco negritos, tomillo, siempreviva y toronjil. El espacio educativo y de vinculación —situado en el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco de la Unidad Xochimilco— busca difundir el aprovechamiento de estas plantas entre las familias mexicanas, por medio de talleres dirigidos a niños y adultos.
En México y el mundo, las plantas medicinales son un bien al que accede gran parte de la población para resolver padecimientos de salud, sin embargo, parte de la riqueza etnobotánica está en riesgo de perderse por causas socioeconómicas y políticas.
La maestra Marisa Osuna Fernández, coordinadora general del jardín e investigadora del Departamento de El Hombre y su Ambiente, de la UAM, detalló que el jardín ha sido elaborado gracias a la participación de especialistas de las unidades Azcapotzalco y Xochimilco, de la UAM, y de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)”.
El proyecto fue concebido en 2008, cuando inició una prueba piloto con la intervención de alumnos de la licenciatura de Biología de la UAM. Un año después quedó instalada la infraestructura básica en Xochimilco.
El Jardín fue inaugurado, como espacio de investigación y docencia, en 2011, pero tuvieron que pasar algunos años para robustecer a los ejemplares antes de abrir el lugar al público y cumplir con el propósito de difundir parte de la problemática que entraña la extracción de las plantas medicinales de manera silvestre, lo que ha significado la amenaza de extinción de gran cantidad.
En el proyecto participan, además, los maestros Andrés Fierro Álvarez, Aurora Chimal Hernández y Guillermo Nagano Rojas, docentes de los departamentos de Producción Agrícola y Animal, de El Hombre y su Ambiente, y de Síntesis Creativa, en ese orden, de la Unidad Xochimilco, así como Roberto García Madrid, diseñador gráfico de la Unidad Azcapotzalco, y la doctora Helia Reyna Osuna Fernández, fisióloga vegetal de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
El nombre del jardín, Xochitlalyocan, significa “tierra donde crecen flores”, en náhuatl. El espacio cuenta con cédulas de identificación que precisan nombres común y científico; época de floración; uso tradicional, y código QR con enlace a la página web de la Casa Abierta al Tiempo que brinda información específica en catálogos y artículos científicos.
El listado digital de nombres comunes incluye datos sobre procedencia y hábitat; mapa de origen; distribución en el país; descripción botánica; ubicación taxonómica; utilización tradicional; composición química; glosario de términos botánicos, y referencias básicas.
Por ejemplo señala que la árnica es originaria de México y está localizada en climas cálidos, semisecos y templados de las entidades de Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala, Veracruz, Estado de México y la Ciudad de México.
Esa especie sirve para cicatrizar, desinfectar, desinflamar y como analgésico en el tratamiento de heridas, usándose como emplasto, cataplasma o infusión contra dolores de úlcera, estómago, pulmón, pecho, musculares, renales, reumáticos o de muelas.
El árbol flor de manita (Chiranthodendron pentadactylon), existente sólo en México y Guatemala, es una especie amenazada, ya que crece en el bosque mesófilo de montaña, un ecosistema muy dañado que ocupa menos de uno por ciento del territorio nacional y cuya flor es aprovechada desde la época prehispánica para combatir males nerviosos y cardíacos.