Trabajamos en mejorar su fotosíntesis: Matthew Reynolds. También propone en artículo publicado en Science fundar red para seguridad alimentaria mundial
Ante los temores de una crisis de seguridad alimentaria internacional por alteraciones climáticas del planeta o por conflictos sociales y armados como los que ocurren en el centro de África, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) propuso en la revista científica Science la creación de una nueva red de cultivos que integre las actividades destinadas a lograr la seguridad alimentaria. En este objetivo, México podría tener un papel clave para el mejoramiento de los cultivos de trigo.
El artículo, encabezado por Matthew Reynolds, fisiólogo de trigo y científico distinguido del CIMMYT, detalla que en ese centro se mejora la fotosíntesis de la planta, así como el desarrollo de variedades resistentes al cambio climático. En conversación con Crónica, el doctor Reynolds explicó que en México existen algunas ventajas climáticas y avances en infraestructura y conocimientos para robustecer los estudios en trigo.
“Una de las cosas que se han hecho desde México para el mundo es entender las bases fisiológicas del trigo y cómo se adapta a diversos climas y México es excelente al respecto porque cuenta con muchos climas muy diversos, entonces se puede lograr mucho mejoramiento adentro del país y esto evita mucha burocracia”, explicó el fisiólogo vía telefónica desde las instalaciones del CIMMYT en Texcoco, Estado de México.
“Otra fortaleza es la capacidad para trabajar con el problema constante de plagas y enfermedades del trigo, lo que es un problema son fin porque siempre están evolucionando, pero tenemos un lugar en Toluca que es excelente, porque tiene casi todas las razas representadas en el campo y también invertimos en tecnologías nuevas como la Teledetección y colaboramos mucho con la academia para acceder a tecnologías de vanguardia”, agregó Reynolds.
En el artículo publicado en Science, se señala que los científicos de importantes instituciones de todo el mundo proponen crear una formidable red de científicos que proponga ideas y acelere los resultados en favor de la seguridad alimentaria. La unión de investigadores facilitaría exigir a los gobiernos, oficinas benéficas y formuladores de políticas que respalden a la red mundial de cultivos alimentarios básicos, la agrociencia colaborativa se revitalizaría y una red sistemática podría incluir a todos los cultivos básicos con el fin de producir alimentos nutritivos a precios accesibles.
El objetivo de la Red Mundial de Mejoramiento de Cultivos (GCIN) será buscar una solución a los principales cuellos de botella genéticos y agronómicos que obstaculizan la producción de cultivos, así como los problemas sociopolíticos actuales que suelen impedir la adopción de nuevas tecnologías agrícolas. Una GCIN podría actuar con neutralidad política en todo el mundo como una Cruz Roja para los agricultores de pocos recursos.
Mediante sistemas comparativos y la adopción de las mejores prácticas, la GCIN podría mejorar características como el acceso de la raíz al agua y establecer sistemas internacionales para monitorear la propagación de nuevas enfermedades. Ambas tareas pueden ser aceleradas utilizando la teledetección, que suele requerir una inversión inicial en costosas tecnologías móviles, aéreas o satelitales.
“Si compartimos los costos y sintetizamos el trabajo en ‘laboratorios de campo’ bien controlados y hacemos uso eficiente de las diferentes fuentes de datos y de tecnologías como la inteligencia artificial y la agricultura de precisión, la red de cultivos revolucionará la forma en que actualmente entendemos el comportamiento de las plantas y nos permitirá crear cultivos con mejores respuestas a los diferentes ambientes”, explicaron en el blog del CIMMYT, el propio Matthew Reynolds y Martin Kropff, director general del CIMMYT
La nueva red tendría un papel importante en las iniciativas de pacificación en todo el mundo, pues permitirá la producción sostenida y sustentable de alimentos, lo cual establecerá y mantendrá el equilibrio mundial sin necesidad de gastar más en las fuerzas militares. La red podrá evitar de manera más eficiente las crisis locales de hambre