Un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lleva a cabo una investigación que busca explicar la resistencia de los tarahumaras o rarámuris para correr.
Los especialistas del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM estudian cómo el ambiente, factores biológicos, culturales, geográficos y alimenticios explican las características físicas de la comunidad.
“Aquí no vemos el fenómeno de la carrera como algo folclórico, sino nos preguntamos ¿de dónde viene esto?, ¿por qué estas personas se encuentran ahí y cómo se organizan socialmente?”, dijo el profesor de ese instituto Luis Alberto Vargas Guadarrama a UNAM Global.
A pesar de que la carrera rarámuri se conoce desde hace tiempo, ha tenido cambios significativos en las últimas fechas debido a la industrialización, explicó.
«Ahora tienen patrocinios, les llevan bebidas comerciales y se organizan carreras supuestamente tarahumaras en el Bosque de Chapultepec y todo ello ha hecho que esta actividad pierda parte de sus componentes. Sin embargo, también hemos encontrado que subsisten raíces muy importantes en el fondo”, subrayó.
El profesor afirmó que luego de analizar los resultados obtenidos, es evidente que la carrera para los tarahumaras no es algo competitivo, pues es una consecuencia de una forma de vivir, de concebir el mundo y de ver el universo.
Por lo anterior, refirió es importante evaluar su cultura, condiciones de subsistencia y cómo se han relacionado con lo que les rodea.
“La carrera tiene un componente ideológico y de cosmovisión que aún no se ha esclarecido, pero todo parece indicar —porque no hay fuentes históricas— que está muy relacionada con el Sol, el cual es representado en la bola pateada por los corredores mientras se desplazan”, precisó.
Vargas Guadarrama destacó que los asentamientos dispersos a lo largo de la sierra juegan un papel importante, pues exige a los habitantes desde edades tempranas a recorrer grandes distancias, lo cual ha preconfigurando la resistencia corporal.
“La topografía del lugar, con sus subidas y bajadas prolongadas a veces por kilómetros, obliga a los rarámuris a caminar y a correr para llegar a sus destinos”, subrayó.
“Esta actividad física cotidiana influye en que estén en mejores condiciones incluso que en poblados vecinos”, abundó.
El docente dijo que esta investigación es un trabajo conjunto con sus alumnos Martha Balcázar Quintero y Javier Rivera Morales, este último quien como antropólogo físico, analizó la influencia del ambiente en los rarárumis, así como su impacto en el organismo.
“Se ha dedicado a estudiar qué cambios han ocurrido en este grupo indígena, a fin de explicar su éxito como corredores” y hasta ahora encontró algunos cambios en el esqueleto y la proporción de las piernas.
Sin embargo, desde lo genético, el antropólogo físico no ha encontrado genes específicos para la carrera, pero sí algunos que parecen estar ligados al metabolismo, aprovechamiento de sustancias y resistencia.
Vargas Guadarrama y su equipo de expertos pretenden sacar una publicación con los resultados del proyecto, no sin antes recabar más datos que nutran la investigación.