Consumido habitualmente en países como Brasil o Colombia, el café en su estado más natural comienza a implantarse en todo el mundo. Sus propiedades saciantes y antioxidantes lo han convertido en uno de los ingredientes indispensables de muchas dietas. Quienes lo han probado, sitúan al café verde más bien en el terreno de la infusión, tanto por su sabor como por su preparación. Este café verde no recuerda en nada al tostado al que estamos habituados, siendo más suave su sabor y aroma. Su color verde responde a que los granos son de color amarillento-verdoso antes de tostar, aunque cambia a marrón tras pasar por este proceso.
Muchos son los beneficios que los granos extraídos de la planta del cafeto aportan a nuestra salud: diuréticos, antioxidantes, energizantes… pero quizá el termogénico es el más destacado. El café verde, explican los expertos contiene ácido clorogénico, un compuesto que absorbe nuestra glucosa, carbohidratos y grasas. Es decir, tomarlo reduce calorías transformando la grasa en energía. Su efecto saciante evitará asimismo que piquemos entre horas, planificando mejor nuestras comidas principales. Pero la combinación perfecta para regular el peso, reconocen, no pasa solo por tomar café verde, sino por llevar una dieta sana y equilibrada que incluya ejercicio regular, consiguiendo mantener un estilo de vida saludable.
La realidad, aseguran, es que que los que ya están familiarizados con él no solo lo compran por su efecto adelgazante. De hecho quienes ya lo han incorporado a su dieta saben que a parte tiene otros múltiples beneficios, como es el de la regulación del azúcar en sangre, o la reducción de la fatiga. Al ser energizante, la cafeína que contiene reduce nuestro cansancio aportando vitalidad durante un tiempo más prolongado que el café tostado natural u otros productos».