La risa puede ser un buen recurso para mejorar la calidad de vida de algunos enfermos, pues varios estudios apuntan a que esta puede ayudar a reducir los niveles de tensión y ansiedad, además de facilitar el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Este fortalecimiento del sistema inmunológico se produce al liberar una gran cantidad de endorfinas que protegen al organismo de infecciones que lo hacen más resistente a enfermedades crónico-degenerativas como las cardiovasculares, diabetes, hipertensión o cáncer. La risa también permite liberar lipoproteínas -moléculas hechas de proteínas y grasa- en la sangre, lo que favorece la reducción del nivel de colesterol, un problema generado por un estilo de vida malsano como el sedentarismo o el sobrepeso. También hay estudios que apuntan que la risa puede ayudar a retrasar el envejecimiento.