El desarrollo de nuevos fármacos antirretrovirales de primera línea y el uso de tecnología para el diagnóstico precoz son algunos de los pasos clave para mantener la esperanza de acabar con el VIH y el SIDA para el año 2030, según el informe de Programa del Naciones Unidas para la Lucha contra el Sida (ONUSIDA) presentado hoy.
En 2016, alrededor de 1.8 millones de personas se infectaron con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Aunque representa una disminución del 39 % con respecto a los 3 millones de personas que contrajeron la infección en el pico de la epidemia a finales de los años noventa, ONUSIDA, en su último informe llama la atención que las nuevas infecciones por el VIH están aumentando a un ritmo rápido en los países que no han ampliado los servicios de salud y VIH a las zonas y poblaciones donde son más eficaces. En Europa oriental y Asia central, por ejemplo, las nuevas infecciones por el VIH han aumentado en un 60 % desde 2010 y las muertes relacionadas con el sida en un 27 %. La buena noticia es que en el África subsahariana, las nuevas infecciones por el VIH han disminuido en un 48 % desde 2000.
Hoy hay 20.9 millones de personas con VIH en todo el mundo que reciben tratamiento antirretroviral, lo que supone cuatro veces más que en el año 2000. En el nuevo informe presentado hoy en Ciudad del Cabo, de cara al Día Mundial de la Lucha contra el Sida el 1 de diciembre, esta agencia de la ONU señaló en un comunicado que en la misma fecha había 36.7 millones de personas viviendo en el mundo con el VIH.
Los retos ahora son asegurar que los 17.1 millones de personas que necesitan tratamiento, entre ellas 919.000 niños, puedan acceder a los medicamentos y volver a poner en lo alto de la agenda de salud pública la prevención del VIH, sobre todo en los países en los que las infecciones están aumentando, dijo UNAIDS.