Ese sitio identificado como Poyauhtlan (Lugar donde se hacen ligeras las nubes, en náhuatl), fue descubierto por especialistas del INAH, junto con el arqueólogo Ismael Arturo Montero García; tiene forma cuadrangular y podría corresponder a un espacio con posible uso astronómico y ritual, denominado tetzacualco, como los que existen en el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl.
Ubicado a 4 mil 230 metros sobre el nivel del mar, en el lugar se halló cerámica decorada y lítica dispersa, con temporalidad que oscilaría entre los periodos Clásico (200-700 dC) o Epiclásico (700-900 dC).
El hallazgo en el Pico de Orizaba, cuyo nombre náhuatl era Citlaltépetl (Monte de la Estrella), pues la similitud arquitectónica y altitudinal que guarda con el lugar arqueológico ubicado en la cima del monte Tláloc, lo vincula con los espacios de ofrenda para rituales propiciatorios de lluvia
.
Los toltecas se establecieron al pie del volcán entre los años 650 a 700, y posiblemente incorporaron el culto a los cerros en la Cuenca de México.