El artista Francisco Toledo inauguró ayer «Gráfica», exposición con alrededor de 250 piezas, en el Museo Taller Erasto Cortés (MUTEC), ubicado en la ciudad de Puebla. El también promotor cultural y activista espera que esta muestra ayude para que Puebla y Oaxaca se hermanen como estados.
Existen varios proyectos en común entre el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) y el gobierno poblano, como los Premios CaSa en creación literaria en lengua mixteca, en que también participa el estado de Guerrero, y el Concurso de fotografía de la reserva de la biosfera Tehuacán-Cuicatlán.
La exhibición está concebida como una retrospectiva de la obra gráfica que Toledo trabajó en los talleres de Mario Reyes en Ciudad de México de 1968 a 1999, y de Fernando Sandoval en Oaxaca de 1999 a 2018.
En una entrevista reciente el fundador del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) expresó que Reyes guardó en su archivo todas las pruebas en sus talleres: En la exposición podrán ver todas mis indecisiones, las búsquedas de color, la primera impresión del dibujo a pura línea, lo que se trabaja aparte para hacer las manchas a color y así el visitante se dará cuenta que la edición definitiva muchas veces no tiene que ver con las pruebas que se presentan
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En la época en que comenzó a trabajar con Reyes, la gráfica no tenía en México la difusión que tiene ahora en galerías. “Cuando empezamos a elaborar esas placas –relata–, le aplicamos el barniz y le ponía lo que se me iba ocurriendo. Al entrar al ácido éste no hacía su efecto, Reyes se asustó y dijo que teníamos que dejar de hacerlo, que nos estaban diciendo que no lo hiciéramos porque era un sacrilegio. Le contesté que no creía que fuera eso. Le pedí que dejara la placa más tiempo en el ácido, sin embargo seguía muy preocupado. Al final sí grabó y Mario se quedó tranquilo, se dio cuenta que no era castigo de Dios”.
Toledo se refirió a su persona como un pintor-dibujante
: Creo que mis mejores grabados son en blanco y negro, aunque también me interesa el color. Tengo una formación gráfica desde temprana edad cuando llegué a estudiar a Oaxaca en 1953 a la Escuela de Bellas Artes; en 1955, a los 15 años, entré al taller de grabado de Arturo García Bustos. Continué en la Escuela de Diseño y Artesanías en la Ciudadela de CDMX. Después, en París, hice litografía y a mi regreso a México seguí con el grabado en madera y metal
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