La plaga de sargazo, un problema medioambiental que afecta desde hace varios meses las playas de Cancún ha sido aprovechado por varios investigadores en México que buscan transformar la macroalga en biocombustible.
En los últimos días, científicos de la Unidad de Energía Renovable del Centro de Investigación Científica del estado de Yucatán (CICY) y estudiantes del Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, presentaron dos proyectos de producción de biogas y biodiesel, respectivamente.
En el primer caso participa el cubano Raúl Tapia Tussell, doctor en Ciencias de los Alimentos y Biotecnología, quien contó hoy a Efe que su grupo comenzó su investigación en enero de 2017.
«Empezamos a recolectar sargazo, un tipo macroalga bastante compleja, vimos su composición y comprobamos que tenía una alta composición de lignina, celulosa y hemicelulosa», señaló Tapia Tussell.
Pero además de esa investigación, el equipo de la Unidad de Energía del CICY está empezando a trabajar sobre la posibilidad de convertir esa biomasa en bioetanol.
En ambos casos, los biocombustibles obtenidos podrían ser utilizados en vehículos pequeños, quizás para la misma recolección del sargazo.
Para comenzar, la macroalga tiene que cumplir un ligero lavado para quitarle residuos de arena, posteriormente se seca, luego viene el tratamientos con microoganismos y finalmente, inicia el proceso ya en el laboratorio con temperaturas controladas.