Dos moléculas extraídas de la cáscara de guanábana por científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) abren nuevas expectativas para tratar en un futuro distintos tipos de cáncer. Una de ellas la han probado en líneas celulares de cáncer de mama triple negativo e hígado y la otra en células malignas de pulmón con resultados muy alentadores, pues han mostrado ser tan eficaces como el fármaco Taxol, pero sin dañar las células sanas.
El equipo multidisciplinario lo conforman los catedráticos e investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) Rafael Silva Torres, Eva Ramón Gallegos y Francisco Díaz Cedillo, así como Ana Laura Luna Torres, del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Santo Tomás, quienes señalaron que por la importancia del hallazgo y al no haber reportes en la literatura científica al respecto, ya iniciaron los trámites para obtener el registro de la patente de ambas moléculas.
Recalcaron que el hallazgo de los compuestos representa una doble innovación, ya que por un lado son más inocuos que los tratamientos que actualmente se utilizan y, por otro, poseen propiedades que ayudarían a tratar distintos tipos de cáncer, lo cual es una ventaja sobre otros que sólo tienen efecto sobre una neoplasia.
Rafael Silva explicó que para obtener un gramo de los compuestos se requieren dos kilos de cáscara del fruto y aunque la materia prima es relativamente económica, la extracción y purificación es cara y complicada, primero se obtiene el extracto crudo, posteriormente se realizan diversos procesos de cromatografía en los que se utilizan diferentes disolventes orgánicos como fase móvil y distintas fases estacionarias.
Indicó que obtener las moléculas les llevó un poco más de un año. Al extracto crudo le practicaron pruebas preliminares para identificar los componentes, entre ellos: alcaloides, quinonas, azúcares y flavonoides. “Algunos investigadores prueban todo el extracto crudo, nosotros aislamos únicamente las moléculas con la actividad anticancerígena”, advirtió.
Este descubrimiento abre nuevas expectativas para el tratamiento del cáncer pulmonar, el cual es uno de los cinco tipos de cáncer más frecuentes en adultos de 30 a 50 años, con alrededor de 10 mil casos nuevos cada año en México.