Por primera vez, una investigación internacional ha demostrado que las células humanas comunes pueden cambiar su función original, lo que puede ser una nueva y esperanzadora vía de trabajo en la lucha contra la diabetes.
Los libros de texto tradicionales de biología celular dicen que la mayoría de las células solo mantienen la misma función. Pero ahora lo ponen en cuestión los resultados de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Bergen (Noruega) y sus socios internacionales en la Université de Genève (UNIGE), en Suiza; Universidad Leiden Países Bajos, y la Escuela de Medicina de Harvard y el Centro de Células Madre de Oregon (OHSU), ambos en Estados Unidos.
Esta nueva investigación muestra que las células del cuerpo humano son mucho más capaces de diversificarse en diferentes tipos de células de lo que se suponía anteriormente. Son los primeros investigadores que han logrado influir en las señales de las células humanas, de modo que estas células pueden cambiar su función original.
«Al influir en las células productoras de glucagón en el páncreas, las hicimos capaces de producir insulina. Esto puede conducir a nuevos tratamientos para la diabetes«, dice la profesora Helge Ræder, líder del Grupo de células madre de la diabetes, Departamento de Ciencia Clínica, UiB.
Los investigadores observaron que los ratones se recuperaron de la diabetes después de que se les hubieran trasplantado en el páncreas células humanas manipuladas y enfermaron nuevamente tan pronto como se extrajeron estas células.
Además de que las células productoras de glucagón producen insulina, el estudio mostró que estas células también eran más resistentes al sistema inmunológico, que generalmente ataca las células productoras de insulina en pacientes con diabetes.
«Esto significa que probablemente podamos usar las propias células del paciente en este tratamiento para la diabetes, sin temer que las células manipuladas eventualmente sean destruidas por el sistema inmunológico –explica Ræder–.
«La capacidad de las células para cambiar su función puede ser importante en el tratamiento de otras enfermedades causadas por la muerte celular, incluidas las enfermedades neurológicas, los ataques cardíacos y el cáncer», explica.