Gestionar la salud del planeta, luchar contra la discriminación o innovar en las artes, los terrenos en que la Inteligencia Artificial (IA) puede ayudar al ser humano son incontables, y una muy ambiciosa exposición en Londres se propone demostrarlo.
Bajo el título «IA: más que humana«, el Barbican, inmenso centro de arte moderno, reúne más de 200 instalaciones, muestras y proyectos de artistas, científicos e investigadores de todo el mundo.
Entre sus platos fuertes, un espacio inmersivo del colectivo japonés teamLab, donde arte y ciencia se dan la mano para permitir al visitante dejar su huella en una naturaleza digital proyectada en la pared que evoluciona en función de estas interacciones.
Y robots de todas las formas y tamaños, desde el pequeño perro Aibo de Sony -cuya primera versión de 1999 evolucionó hacia un modelo con IA en 2018- hasta un gran brazo mecánico que prepara y sirve cócteles.
Y es que un programa deficiente puede reproducir la discriminación que existe en nuestras sociedades, advierte la italiana Francesca Rossi, responsable de ética en IBM Research. Pero correctamente diseñada, señala, la IA puede ayudar a identificar y evitar los perjuicios humanos.