A pesar de que muchos lo conocen por sus novelas, como Las Batallas en el Desierto (1980), por sus libros de cuentos como La sangre de Medusa (1958) o por sus traducciones y antologías de poetas mexicanos, la mayor fuerza literaria del escritor mexicano José Emilio Pacheco fue su poesía, afirmó ayer el crítico literario español Luis Antonio de Villena, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, al conmemorar el 80 aniversario del natalicio del escritor mexicano Premio Cervantes 2009 y fallecido en 2014.
En el encuentro, donde estuvieron presentes la viuda e hijas del autor homenajeado, se presentó el libro Iniciación a José Emilio Pacheco, un volumen especialmente dedicado al poeta autor de piezas de alto reconocimiento literario como sus libros de poesía Los elementos de la noche (1963); El reposo del fuego (1966) o No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969).
Al recordar a Pacheco, De Villena recordó que lo conoció en un congreso de escritores en las Islas Canarias y que le sorprendió su generosidad, pero después descubrió que además era un hombre sumamente culto que se comunicaba de una manera muy coloquial, muy humana, lo que permite que, salvo en algunas excepciones, leer la poesía de José Emilio Pacheco no requiera ninguna preparación especial.
“La poesía debe ser emocional; liberar al lector y proponerle un pequeño enigma. Todo eso está en José Emilio Pacheco, quien tenía la habilidad de ver lo que los otros no pueden ver”, dijo Villeda, en una de las muchas precisiones y descripciones que hizo sobre el mexicano que muchos jóvenes todavía están por descubrir.
El autor de Iniciación a José Emilio Pacheco recordó como virtud el hecho de que la escritura del mexicano fuera clara, evocando la manera como en el siglo XVI se decía que la buena literatura es aquella que se escribe como se habla.
“Es una literatura elaborada a partir de lo coloquial, a la que ha añadido todo su saber cultural y eso hace que el poema crezca, pero que no se bifurque con todos los referentes culturales dentro del poema”, agregó Luis Antonio de Villena.
“La erudición, los versos abruman, pero José Emilio Pacheco entrega productos que no muestran pedantería”, dijo Pavón, quien también habló de la preocupación de Pacheco por la destrucción del planeta y dijo que, a través de sus textos “nos enseñó la belleza y fragilidad del mundo sin caer en proselitismo”.