Laura Maravall y Jörg Baten, historiadores de la economía que trabajan como parte del Centro de Investigación Colaborativa Resource Cultures en la Universidad de Tübingen, compararon la salud de hombres y mujeres de los pasados mil años, utilizando información recopilada de dientes y esqueletos.
Si los datos en una población mostraban que las mujeres tenían los mismos o incluso mejores valores de salud que los hombres, Maravall y Baten suponían que las niñas y los niños tenían un acceso relativamente igual a la comida y otros recursos.
La información de Escandinavia indicó que las mujeres en las zonas rurales estaban en una posición comparativamente favorable ya en la edad vikinga (a finales del siglo VIII al XI) y en el periodo medieval que siguió. Para la sociedad en general, esta mayor igualdad de género parece haber llevado a un desarrollo positivo a largo plazo. El estudio fue publicado en la edición más reciente de Economics and Human Biology.
El estudio se basó en datos europeos del Proyecto de Historia Global de la Salud (GHHP). Incorpora datos de estudios sobre esqueletos humanos de más de cien sitios europeos de los pasados 2 mil años. Los investigadores observaron especialmente de cerca la información proporcionada por los dientes. Si una persona está desnutrida o gravemente enferma en la primera infancia, su esmalte dental sufre un daño permanente, conocido como hipoplasia lineal.
“Las ciudades suecas de Lund y Sigtuna –en el sitio de la actual Estocolmo– y en Trondheim en Noruega, habían desarrollado un sistema de clases a principios de la Edad Media. Las mujeres allí no tenían la misma igualdad que sus hermanas en el campo”. La equidad fuera de las ciudades parece haber estado vinculada con la cría de ganado