Casi diez años después de aterrizar en Marte, la nave Opportunity de la NASA descubrió nuevos indicios sobre la posible existencia de vida en el pasado del planeta.
El explorador obtuvo datos que sugieren que el cráter “Endeavour”, que explora desde agosto de 2011, estaba anegado de agua con un PH casi neutro, ligeramente ácido, favorable para el mantenimiento de la vida microbiana. Sin embargo, el impacto de un objeto hizo que el agua se volvió salada, extremadamente ácida, prácticamente insoportable incluso para los organismos bacterianos.
La investigación, publicada en la revista Science, se suma a otras aparecidas sobre la habitabilidad del planeta. Esos datos apuntaban a la existencia de un antiguo lago en el cráter, que también pudo haber sido habitable. Al parecer, esa cuenca tenía las condiciones necesarias e indispensables para que pudieran desarrollarse a placer unos microbios que en la Tierra se encuentran fácilmente en las cuevas y fuentes hidrotermales.